Pocas actitudes me resultan más desagradables que celebrar la nulidad de una película, por más calamitosa que ella sea. Los gestos altivos, de pura suficiencia intelectual, que llevan a festejar lo peor, tienen las cuotas suficientes de esnobismo “cool” –o de condescendencia populista- para volverlos insoportables. Y esas actitudes se multiplican en estos días con […]