Resulta indispensable un festival como Transcinema. No solo porque permite ver películas imposibles de ver programadas en salas públicas, sino porque se convierte en terreno propicio para el debate y el cotejo con un cine posible y urgente.
Solo cabe decir que este festival, al igual que Lima independiente, debe mantenerse y merece todos los apoyos.
Mis preferidas, de entre las que pude ver en una semana de escaso tiempo y muchas complicaciones, fueron:
Sangre de mi sangre, de Marco Bellocchio
Face Deal, de Mary Jiménez
La academia de las musas, de José Luis Guerín
Aotorretrato de Siria, de Wiam Bedirxan y Ossama Mohammed.
Field Niggas, de Khalik Allah.
A punto de despegar, de Lorena Best y Robinson Díaz. .
Rastreador de estatuas, de Jerónimo Rodríguez.
Homeland-Irak, año cero, de Abbas Fahdel.
No Home Movie, de Chantal Akerman.
Ricardo Bedoya
Al final fui a ver más películas del Transcinema de las que pensaba. Tuve que solucionar, eso sí, muchos problemas de tiempo y de traslado y el costo de oportunidad fue alto porque me perdí varias películas recomendadas. En cambio vi cortos peruanos y extranjeros que normalmente no veo. No me arrepiento porque se aprende mucho y se disfruta también. Este Festival y el Independiente deben consolidarse y mejorar mucho su organización y logística para hacerlos más atractivos y sobre todo accesibles físicamente. No basta hacer una buena selección de películas, adquirir los derechos e invitar personalidades sino que hay que preocuparse mucho por las sedes y, cosa muy importante, la programación. Hay que tener en cuenta también la calidad de las pantallas y la comodidad de las salas. Por ejemplo al CCPUCP no hay nada que reclamar salvo su oferta limitada; la sala Armando Robles Godoy, incluyendo su pantalla y la proyección, es muy digna y eso para mí fue un descubrimiento ya que llegar allí no es fácil. En cambio en el C.C. de España la pantalla es chica y el sonido pésimo y en el Mali la proyección deja mucho que desear. Como repito, espero que esto mejore porque se pone en peligro su continuidad o quizás los Festivales del futuro ya no se vean en pantalla grande sino por internet con venta de paquetes digitales o algo así.