Lo de esta última semana marca el tope hasta la fecha del avasallamiento de las pantallas de los multicines por los tanques de la industria del espectáculo. No voy a emitir una opinión sobre la película, pues aún no la he visto ni tampoco prejuzgo sus logros o falencias. Eso no se hace si no se ha visto la película. El hecho es que Avengers: Endgame, por las noticias que se tienen de su lanzamiento en Lima (con alrededor de 400 mil espectadores solo el día jueves del estreno) y en muchas otras ciudades capitales donde igualmente ha batido records de asistencia, se va a convertir en la película más taquillera de todos los tiempos.
Me interesa aquí destacar lo que esto significa en una progresión que se ha intensificado de unos años a esta parte con el lanzamiento de las producciones de los sellos Marvel y DC: el copamiento de las salas, lo que nunca había ocurrido, ni siquiera en los años en que flameaban los estandartes de denuncia del imperialismo cultural norteamericano. No se había visto jamás que un altísimo porcentaje (¿cuánto? ¿el 80 % o más) de la cartelera corresponda a un solo título.
Que es una manifestación real de acaparamiento, no cabe la menor duda. Lo mismo, que esté amparada por la libertad de mercado y las preferencias del público. No me resisto a pensar, sin embargo, que esos datos de la realidad ofrezcan un panorama deseable en el espacio de unos multicines que, en su etapa inicial, algunos vimos como espacios potenciales de, al menos, una cierta diversidad. No era realista hacerse demasiadas expectativas, pero al menos cabía pensar en una variedad que, por cierto, se ha ido retaceando cada vez más.
Ahora, películas como Bienvenido a Marwen, de Robert Zemeckis, o Los hombres de la carretera, de John Lee Hancock, cuyos trailers se vieron en nuestras pantallas anunciando su lanzamiento, van directamente a Netflix o al DVD-Blu-ray porque le quitan espacio a Avengers y sus congéneres. El espectáculo cinematográfico, de ese modo, se estrecha cada vez y nos hace ver los estrenos del pasado (ya cada vez más lejano) como un menú variadísimo, cuando el cine de Hollywood también era mayoría, pero sin ese lado realmente abusivo y desproporcionado que el negocio muestra ahora y sin los abismos que separan, dentro de la misma industria, a productos como los de Marvel y similares de otros como esos títulos que se retiran fácilmente sin que prácticamente nadie repare en ellos.
Ese es el estado de las cosas y esa es una de las más poderosas razones para que un número creciente de aficionados (minoría, al fin y al cabo) se aleje de las salas y opte por las pantallas chicas. Cuesta aceptar, sin embargo, que el futuro de la exhibición en salas se contraiga de ese modo tan apabullante y excluyente.
Isaac León Frías
Pienso que la culpa de ese maltrato a ese cine diverso no es tanto de Hollywood y sus megatanques (en este caso Avengers Endgame) sino de las cadenas de multicines . Poner a la mayoría de sus salas de exhibición el mismo titulo (Endgame) responde a la inmensa demanda por parte del publico por ver esta pelicula , que no es razón tampoco para que las salas retiren ese otro tipo de cine . Sin embargo hay otro tema mas de fondo , Endgame no es un blockbuster mas de Hollywood , es un evento que va a trascender y marcar historia , y no solo porque se convertirá en la pelicula mas taquillera de la historia , esa es la consecuencia directa , es en la manera en que se creo ese proyecto , la consecucion durante 11 años de peliculas de Marvel (buenas , malas , regulares) y que apoyaron en crear este megaevento llamado Endgame y que marca el fin de ese proyecto y que es lo que a atraido al público en masa a los cines rompiendo todos los records de asistencia . Hay que admitirlo pero a veces Hollywood hace bien las cosas .