Lima alterna 2020: Reminiscencias, de Juan Daniel Molero

 

Reminiscencias (2010) - IMDb

 

Reminiscencias (2010), de Juan Daniel Molero, es un collage audiovisual,  de tintes autobiográficos, en una línea que se torna cada vez más influyente y frecuentada por los documentalistas afiliados a la generación de las prácticas del videolog y de las imágenes  compartidas por las redes sociales.

Aquí, las fronteras  entre lo privado  y lo público  se diluyen,  mientras  el realizador,  convertido  en sujeto representado en su propia  película, intenta recuperar la memoria  y esclarecer  los orígenes  de su ascendencia familiar.

Luego de un accidente  que le provoca  un episodio  de amnesia, el documentalista recurre  a grabaciones de cine doméstico  en Súper 8, en VHS, y en digital, realizadas en épocas  diversas y por distintas personas, para trazar su perfil autobiográfico. Un perfil que se organiza dejando de lado el orden  de la sucesión  cronológica  o la exposición del crecimiento personal  para  dar cabida  a la incertidumbre de los recuerdos. Y a la necesidad de recuperarlos.

Reminiscencias es una auto representación fílmica, práctica documental que se remonta  a los diarios de Jonas Mekas, desde  inicios de los años cincuenta,  pero  que las cámaras digitales han extendido y reforzado. Ejemplo cabal de esta vía es Tarnation, de Jonathan Caouette,  o los documentales del francés Alain Cavalier. En ellos vemos a sus directores grabándose, poniéndose  en  escena,  recurriendo a  materiales  fílmicos o  en  otros  soportes,  de  autoría  propia  o  ajena,  pero  asimilados  a su recorrido  personal  y a su proyecto  autobiográfico.

Las imágenes  que  vemos  en  Reminiscencias fueron  filmadas  o grabadas  por  diferentes  personas, con  propósitos diversos.  La mayoría  de ellas tiene a Molero, a diversas edades,  como  centro  de interés.  Se trata de  “metraje  encontrado”  (found footage): en  algunos  casos  son  “películas caseras”, de origen familiar, hechas sin premeditar su exhibición abierta o pública; en otros, grabaciones realizadas en el curso de paseos o visitas familiares. Imágenes de distintas épocas que no responden a ninguna  pauta  de organización previa.

Molero prescinde de la narración,  pero  reafirma un punto  de vista. Reminiscencias  trata de reconstruir  una memoria personal  a partir de grabaciones y fragmentos  de películas convertidas  en testimonios  de un pasado esquivo. Pero esas imágenes,  en el curso de la película, pierden  su carácter testimonial, referencial o indiciario, para convertirse en materiales audiovisuales que  se intervienen aquí y ahora,  en el presente. Las imágenes  se descomponen, se reordenan y son interrogadas gracias al montaje, que convierte  los materiales  originales  en piezas  de una construcción audiovisual que entremezcla texturas  provenientes de soportes  dispares  y épocas diversas: las imágenes  fílmicas, en vídeo,  o digitales, son manipuladas en su definición,  color y velocidad  de proyección. Al apropiarse de las grabaciones de otros y editarlas sin seguir un orden causal, el documentalista proyecta  sobre ellas sus afanes expresivos  y una subjetividad cierta.

En Reminiscencias, a diferencia de otros casos de reutilización de películas  domésticas,  el afán  de  construir  un  relato  autobiográfico no tiene como meta indagar la relación de la persona con su entorno  social o su medio  familiar. Apunta hacia otra vía: la del cine experimental, en una  línea  del  documental estadounidense que  tiene  a Alain Berliner como  figura central.

El acto de restaurar  la memoria  privada  a través de las imágenes  del propio  pasado  es un asunto  explícito, pero las marcas de la enunciación (las imperfecciones de la imagen,  los cambios  de la luz, los contrastes entre  texturas  visuales  y sonoras)  suscitan  dudas  y preguntas: ¿pueden las imágenes  hacer  las veces  de  una  memoria  vicaria?  ¿Pueden  servir como  repositorios de los recuerdos que  perdimos? ¿Cuán precario  es el soporte  para  confiar  en él?  ¿Puede  lo grabado  ser prueba  fidedigna  de lo ocurrido  en el pasado? ¿Cómo se cotejan  las imágenes  y los sonidos fílmicos con la experiencia del recuerdo?

El montaje  fractura  la continuidad de  la película: como  si no  fuese posible  encontrar  la unidad  ni el hilo conductor de lo expuesto. Los hiatos de la memoria  se expresan con diversas texturas visuales y formatos, que varían de acuerdo  a la época  de la grabación.  La materialidad  de los soportes  se expone en sus elementos esenciales: granos  de luz, píxeles.

Raymond  Bellour dice que  el “autorretrato  fílmico” construye  su coherencia  “gracias a un sistema de recordatorios, de repeticiones, de superposiciones y de correspondencias entre elementos homólogos y sustituibles, de tal modo que su principal apariencia  es la de lo discontinuo, de la yuxtaposición anacrónica, del montaje” (Bellour,  R. , 2009. Autorretratos.  En: Entre imágenes.  Foto, cine,  vídeo. Buenos  Aires: Colihue, p. 294).

Reminiscencias se presenta como una experiencia terapéutica. Al seleccionar  y editar  las imágenes,  el documentalista contrasta  su pasado con  la discontinuidad de  las filmaciones  o grabaciones encontradas. A través de ellas se examina,  trata de dar un orden  a su experiencia actual y busca una salida a la dolencia de su “personaje”.

Ricardo Bedoya

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