Cada viernes sangre (2011), incursiona en el terreno del cine de generos […] Aquí, el juego entre realidad y representación se establece con un guiño de complicidad inicial: un cartel alerta a los espectadores que la película dramatiza crímenes reales, cometidos por personajes de la sociedad limeña, acomodados y con instrucción superior, pero acallados por los medios de comunicación. La alusión remite a los filmes criminales que mezclan leyenda y realidad al retratar a sus protagonistas: amantes malditos, impulsados por la pasión y el deseo criminal, entremezclados.
Pero el punto de partida de la película busca la distintinción y se desmarca de otras cintas del género: aquí no interesa mostrar los actos criminales. Montenegro prefiere filmar los hechos preparatorios y las consecuencias. Echa mano, para eso, a tramas expuestas y diálogos sobrecargados. La alusión a Tarantino y su socavada linealidad narrativa se torna patente. Uno de los referentes es Perros del depósito (Reservoir Dogs), con su cronología quebrada y su paradójica teatralidad.
Otra apuesta: la opacidad de las motivaciones de los personajes, siempre fluctuantes, movidas por deseos impulsivos y contradictorios. Denisse (Claudia Burga) y Chris (Fernando Montenegro) están unidos por su afición a las prácticas sadomasoquistas y por un proyecto compartido: realizar un “atraco”. El plan criminal los vincula con otros personajes, pero nada resulta claro ni simple en ese complot. Todos buscan obtener beneficios particulares y para lograrlos simulan.
La película es una vidriera de demostración de los recursos técnicos que Montenegro aplica para hipertrofiar el sinuoso relato: falsea las perspectivas visuales; encuadra con la cámara ubicada en posición oblicua; inserta imágenes empañadas, turbias o distorsionadas en el trabajo de posproducción; vira las imágenes a colores muy cálidos y contrastados. Emplea vistosos efectos de transición o formas de paso digitales en la edición, como el que “penetra” en el vientre de una embarazada y lo liga con la imagen de la caminata de un personaje por un espacio abierto. Satura con luz roja o verde los fondos visuales y apela a los signos de la cultura pop. Son los “valores agregados” en la textura audiovisual que deciden la preponderancia del estilo sobre la sustancia […]
Ricardo Bedoya