Una de las películas más destacadas del Festival de Lima es la brasileña “Gabriel y la montaña”.
Se trata del segundo largometraje de ficción de Fellipe Gamarano Barbosa, coproducido con Francia, basado en hechos reales ocurridos en 2009. Narra la crónica de un viaje hacia la muerte. La reconstrucción del largo periplo efectuado por Gabriel (Joao Pedro Zappa) a través de territorio africano, dividido en cuatro capítulos correspondientes a los lugares que recorrió: Kenia, Tanzania, Zambia y Malawi.
Al inicio el realizador revela el deceso de Gabriel tras extraviarse en una montaña de difícil acceso. Luego se concentra en el desarrollo de la aventura de exploración y aprendizaje que este emprendió con el entusiasmo de un soñador, sin ningún afán turístico. Un encuentro con la naturaleza despojado de todo efectismo, un diario de viaje en el que prevalece la interacción del protagonista con diversa gente, entre guías y lugareños. Que descubre, igualmente, que la relación con su novia (Caroline Abras), quien se une a él en Tanzania y lo acompaña hasta Zambia, importa tanto como la propia experiencia del conocimiento.
El estilo semi documental se impone en los momentos que Gabriel dialoga con los africanos, se nutre de su cultura, abraza su amistad. Asimismo, en el registro del paisaje como una fuerte presencia fisica. La incorporación de testimonios reconstruidos de varias personas con quienes mantuvo contacto durante el extenso recorrido contribuye a completar el perfil de la narración. Hay una cierta sensación de alargamiento al llegar al episodio final, de pretender abarcar más de lo necesario. Sin embargo, el desenlace en la agreste geografía de la elevada montaña lo justifica.