Festival de Lima: el caso del invitado extraviado

“No sé cuándo se creó Lima Independiente: Festival Internacional de Cine, pero me parece que el hecho de que tengamos dos festivales de cine en una sola ciudad crea mucha confusión. Hay gente que aceptó venir a ese evento creyendo que venía a nuestro festival y se encontró con otra cosa.”

Esa declaración de Edgar Saba, director del Festival de Lima al diario “Perú  21”, confirma las sospechas que teníamos: en verdad, Apichatpong fue, en Lima, el “hombre equivocado”. Recién al llegar a UVK de Larcomar, donde se proyectó “El tío Boonmee…”, y no al Centro Cultural de la PUCP, se dio cuenta de su extraordinaria confusión. Había llegado a esta ciudad con dos meses de anticipación y ya no tenía forma de regresar a la lejana Tailandia. Su espíritu oriental y templanza de monje budista le llevaron a guardar silencio y aceptar el terrible error. Y a soportar la “otra cosa”.

 ¿Y no será también que películas como “Leviathan”, “The Act of Killing, “Mapa” o “White Epilepsy” estuvieron programadas en “La vuelta al mundo en 8 días” o “Galas”, pero se extraviaron en la aduana y fueron entregadas a los organizadores de la “otra cosa”?

Pero esta declaración del director del Festival a “Perú 21” es más sabrosa:

“¿Cuánto ha cambiado el cine latinoamericano en estos 17 años?
Mucho, pero este proceso tardó, no tuvo el boom que vivió la literatura latinoamericana. Y esto pasó porque, durante mucho tiempo, nuestro cine fue descriptivo, tal y como lo fue la novela latinoamericana antes del boom. Es decir, aquí apostábamos por el cine documentalista y no por el cine personal. Antes había que contar la realidad social y no se partía de la verdad interior del cineasta para contar cualquier realidad. Hoy esto ha cambiado y ha permitido que algunas películas latinoamericanas ganen Cannes (Francia), Berlín (Alemania) o San Sebastián (España).”

¡Ah, ya! “María Candelaria” ganó Cannes en los años 40. “Orfeo negro” ganó también Cannes a fines de los 50. “Tizoc” ganó Berlín en 1957. “Antonio das Mortes ganó en Cannes el premio de mejor director para Rocha a fines de los 60. “La nación clandestina”, de Sanjinés, ganó San Sebastián a fines de los 80, y Ripstein lo hizo a comienzos de los 90, al igual que Aristarain.  Y también Lombardi recibió un premio en San Sebastián. El Oscar lo ganó “La historia oficial” en los 80.

¿Cine “descriptivo”, “documentalista” y no “personal” en las cinematografías latinoamericanas del pasado?

¿Ah, ya, ya? ¿Y dónde ponemos al Indio Fernández, a Hugo del Carril, a Christensen, a Rocha, a Ismael Rodríguez, a Fernando de Fuentes, a Ruiz, a Favio, a Hirzman, a Cozarinski, a Hugo Santiago, a Joaquim Pedro de Andrade, a Fernando Méndez, a Armando Bo. Al propio Robles Godoy.  En fin, es inútil seguir.

Ricardo Bedoya

9 thoughts on “Festival de Lima: el caso del invitado extraviado

  1. Esas declaraciones demuestran una vez más que el Sr. Saba puede ser un buen director de teatro [no me consta], pero no esta calificado para dirigir un festival de cine. ¿Como se puede ser director de un festival de cine latinoamericano con el nivel de conocimientos que tiene el Sr. Saba acerca del tema? ¿Qué opina León Frías que acaba de publicar un libro sobre el cine latinoamericano y que es asesor de Saba? ¿No lo asesora bien?

  2. En respuesta al comment de Max Tello, empiezo por decir que no soy asesor de Edgar Saba ni le dicto lo que dice en presentaciones o entrevistas. Soy miembro del comité consultivo del Festival desde su primera edición en 1997 y sugiero y opino acerca de películas a proyectarse y otros temas del Festival. Por lo tanto, no tengo responsabilidad en lo que pueda decir Edgar Saba. Como no quiero evadir lo que, me parece, está en la intención de la pregunta, diré que es muy desafortunado afirmar que dos festivales de cine en Lima crean confusión y ya he escrito sobre el tema en este mismo blog. Cuantos más festivales puedan haber, mejor será para el interés de los aficionados y profesionales y para la cultura cinematográfica en Lima. Conviene sí especializar los festivales y evitar la posible imagen de repetición o de exhibición de ventanas fílmicas muy parecidas. Así como los festivales deberían ampliarse las salas de arte, los archivos fílmicos y las instituciones dedicadas al estudio, la investigación y la difusión del cine.

  3. Lo que está en la intención de la pregunta es si el Sr. Saba reúne los méritos para dirigir un festival de cine latinoamericano.

  4. Sea como fuere, es lamentable que películas como “Leviathan” o “White epilepsy” hayan sido vistas solo por una minúscula parte del público cinéfilo dentro de un festival independiente que no tiene ningún arraigo y cuyas proyecciones estuvieron muy limitadas y sujetas a cambios como los que hubo en Larcomar sin previo aviso. Y ahora que no nos venga a decir Renato Cisneros que si no vemos esas películas es nuestra culpa porque ahí están a la mano todos los Polvos y Huecos donde se provee su delivery pirata.

    • Voy a responder a la pregunta que me hace Tello. Edgar Saba y el equipo del Centro Cultural de la PUCP (especialmente, Alicia Morales) tienen el mérito de haber lanzado y mantenido el Festival de Cine, más allá de su común pertenencia al espacio teatral. Es un festival consolidado con una oferta muy variada. Los otros festivales se irán consolidando o no, todavía están en su etapa inicial y son iniciativas que deben ser apoyadas. Volviendo a Saba, él dirige el Centro Cultural y como tal ha venido dirigiendo el Festival, no porque sea un especialista en el tema, que no lo es, aunque el contacto de estos 17 años le ha permitido, desde luego, un mayor conocimiento. Sin duda, Edgar es vehemente y comete deslices e imprudencias verbales, pero el saldo que ofrece el Festival, más allá de lo que diga o no diga su director, es ampliamente favorable, aunque desde luego hay cosas que se podrían hacer mejor y para las cuales la opinión y la crítica son invalorables.

  5. Señor Herrera, mi nombre es Fernando Vílchez, programador de Lima Independiente. Hago unas anotaciones a sus comentarios de manera personal:

    Usted menciona que Leviathan o White Epilepsy fueron vistas solo por una minúscula parte del público cinéfilo de Lima. Debo indicarle que tanto Leviathan como White Epilepsy tuvieron dos funciones en UVK y, de esos cuatro pases, tres fueron a salas llenas o casi llenas (un pequeño lujo considerando que ni en Madrid -donde vivo- ni en varias otras ciudades europeas se han estrenado siquiera). Además, ni se cambiaron horarios con esas obras ni se pasaron en otras sedes porque son películas tan exquisitas técnicamente (para no hablar de sus cualidades artísticas), que la única manera de proyectarlas decentemente era en DCP. Solo la sede de UVK tenía ese proyector. Cuando el MALI o el cine Robles Godoy tengan proyector en DCP sin duda todos nos beneficiaremos. pero de momento es lo que hay. Fuera de eso, lo que puede haber -o no- son screeners de calidad muy limitada y eso, evidentemente, no es material para exhibir.

    Sí hubo cambios de programación con otras películas y ya estamos trabajando para que eso no ocurra nunca más en ediciones futuras.

    Sobre si, en su opinión, el festival tiene o no arraigo, para un festival tan reciente y que ha despertado tanto entusiasmo a nivel nacional e internacional, y con un presupuesto ínfimo, creo que es una percepción que esperamos sinceramente que cambie con los años. Saludos.

    Fernando Vílchez Rodríguez

  6. O sea, ahora la “culpa” de pasar Leviathan y White epilepsy es de Lima Independiente? Pero si en el festival de la PUCP nunca se han preocupado por investigar mínimamente, ni echarle una mirada a otros festivales de la región, ni hecho el esfuerzo por presentar una programación de calidad. El que se está quedando sin arraigo es el festival de Lima, pero por responsabilidad de sus propios organizadores, y por tener de director a una persona tan impresentable que sabe de cine lo que yo de física cuántica.

  7. Quiero comentar brevemente el comment de Gustavo Herrera. Los tres festivales más significativos que se han desarrollado en meses pasados (el FIACID, Lima Independiente y Transcinema) no tienen los recursos ni la capacidad instalada del Festival de Lima (y del Centro Cultural de la PUCP), con un equipo que trabaja a lo largo de todo el año y, bueno, con 17 años a cuestas. Sin embargo, aunque algunas salas han estado medio vacías (y no todas ofrecen buenas condiciones de proyección), ha habido un público asistente interesado en otras que ha cubierto buena parte de las salas (lo he visto en la sala 3 de Larcomar, en el MALI, en la sala Robles Godoy) y eso es alentador. Al menos la sección Luces de El Comercio ha dado cuenta de esos festivales con notas y entrevistas y también lo ha hecho este mismo blog, muchísimo más, por ejemplo, que un blog fantasma como La cinefilia no es patriota, que se supone debería haberse dedicado a la promoción del Festival Lima Independiente del que forma parte su director. Claro, todo es un asunto de recursos, tiempo y habilidad, como la que han demostrado los programadores de esos festivales. Pero, también, el aficionado interesado tiene que estar atento a todo lo que pasa en Lima. Muchos no se enteran porque no buscan la información en diarios o en blogs o páginas de internet.

  8. Le pregunto a Fernando Vílchez porqué ese silencio sepulcral de Mario Castro Cobos, porqué mantiene en estado de hibernación el blog lacinefilianoespatriota? De gallito de pelea ha pasado casi a la clandestinidad, como si fuera un silencio culposo. Es verdad que con la excepción de una nota de oficio no ha escrito nada de su propio festival, en su blog, y de los otros cero absoluto. Como que no existen para Castro Cobos, como no existen películas que no sean las que el promueve.

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