¡Asu mare!: ideas para el debate

El impresionante éxito de “¡Asu Mare!” ha permitido comprobar que existe un público potencial, no para las películas peruanas en general, sino para ciertas películas peruanas que se avienen a moverse dentro de algunos parámetros de comunicación.  En este caso, un actor carismático, un relato de vida en clave de humor criollo, un manejo muy suelto del lenguaje de la calle, un retrato de la movilidad social en Lima, una realización correcta… todo lo cual ha facilitado la enorme adhesión que la película ha encontrado en los diversos estratos sociales.

Es cierto, hay varios puntos de apoyo que han contribuido y ya se han señalado: un marketing bien diseñado, una campaña de publicidad enormemente eficaz y, sin duda, modalidades de representación que funcionan bien en la televisión y que pueden encontrar en la pantalla grande, como lo han encontrado en este caso, una caja de resonancia amplificada. La fórmula de las teleseries tipo “Al fondo hay sitio” podrían tener equivalencias en la pantalla grande.

Naturalmente, no hay nada automático. Ya ocurrió con “La gran sangre”: un éxito televisivo que fracasó estrepitosamente en su versión fílmica que era, en realidad, una operación descosida, fruto de la improvisación y el hacer las cosas con poco rigor. Ahí estaba en un rol protagónico el mismo Carlos Alcántara, pero no es un asunto que se limite a la participación de un intérprete conocido. Los estudios de Hollywood saben que ni siquiera Tom Cruise o Brad Pitt garantizan por sí solos el éxito comercial de un film.  

 Se viene otra propuesta que apunta a lograr una audiencia masiva, aunque es improbable que se acerque a los niveles de recaudación obtenidos por “¡Asu Mare!”

 Se trata de “Cementerio General”, un film de Dorian Fernández, realizado en Iquitos y cuyo tráiler de nítido corte hollywoodense se viene ya exhibiendo, tres meses antes de la fecha de estreno anunciada.  Se están abriendo caminos en pos de ganar espacios en un universo tan poco permeable como el de la exhibición cinematográfica. Sin embargo, en la medida en que los films peruanos funcionen, las salas los van a acoger con firmeza. Que eso lleve a la formación de una industria es improbable. No se puede hablar de la existencia de una industria fílmica en el Chile actual, pese a la abundante producción y a la relativa consolidación de fórmulas (la comedia, por ejemplo) que se han venido ensayando, como en la trilogía  “Qué pena…”

¿Es ese el ideal de cine peruano al que cabe aspirar?  No sé cuál es el ideal ni creo que exista. Hay que dejar que las cosas fluyan e ir examinando lo que se va haciendo, como se hace en este blog.

En todo caso, y por más público que tenga, “¡Asu Mare!” no descarta las propuestas que han predominado en la producción peruana de los últimos años. Que han tenido muy escaso público, cierto, y puede parecer paradójico que Tondero Films, después de producir “Casadentro”, una de las películas peruanas de menor recaudación, haya producido después “¡Asu Mare!”. Pero desde los pocos espacios con que se cuenta, hay que seguir defendiendo la legitimidad de  esas propuestas, por minoritarias que sean, porque en el cine no sólo se trata de hacer plata como se ha demostrado en sus más de 100 años de existencia.

Lo deseable, ciertamente, es que se encuentre otro formato de salas que no sean la de los multicines, es decir,  modalidades de exhibición que alberguen títulos como “Cielo oscuro”, “Casadentro” o “El limpiador”, que no tienen por qué ponerse en competencia con “Transformers” o “La edad del hielo”.

Hay películas como “¡Asu mare!” y “Cementerio General” que salen al mercado de la exhibición a competir, pero muchas otras no. Mientras se mantengan las condiciones actuales de exhibición tienen, lamentablemente, escasas posibilidades de existencia, aunque todos los profesores de cine en universidades e institutos hicieran que sus alumnos fueran a verlas, como quiere con mucha voluntad y empeño Joel Calero.

Ir al cine no es un asunto de deber u obligación, es una cuestión de gusto y de elección personal. Que hagamos lo que esté a nuestro alcance para que el gusto y los espacios de exhibición se diversifiquen, bien, pero no se puede tapar el sol con una mano e ignorar que quien paga la entrada a una sala lo hace en la mayor parte de los casos buscando un entretenimiento pasajero. Más aún, cuando la oferta alternativa de descargas de la red están creando un público creciente que no paga, o paga muy poco, por ver películas. Y, en ese gran público de pequeñas pantallas que se ha configurado hay una franja pequeña, pero significativa, de espectadores que se concentran en el cine “de autor” o en producciones que no suelen incluirse en las políticas de estrenos de los multicines.

De cualquier modo, y sin restar méritos “comunicativos” a los gestores de “¡Asu Mare!”, conviene mantener una actitud de alerta frente a las posiciones ultraliberales que quisieran que el cine se rigiera exclusivamente por las leyes del mercado, como cualquier otro producto comercial, desconociendo o soslayando su dimensión creativa.

 Isaac León Frías

2 thoughts on “¡Asu mare!: ideas para el debate

  1. Los críticos por dárselas de pragmáticos y nacionalistas han hablado demás sobre “A su mare”. Si se hubieran restringido a comentarla exclusivamente desde el punto de vista fílmico, no se habría armado tanto debate inútil en torno a ese desvergonzado spot comercial de hora y media de duración. Comprendo que “pisaron el palito” puesto por algunos periodistas televisivos quienes, antes de que Ricardo Bedoya o Isaac León Frías, por ejemplo, dijeran algo, ya los estaban denostando por supuesta pedantería frente a la cinta. Y como para demostrar que no lo son, éstos no se limitaron a reseñar sus virtudes y defectos, sino comentaron su condición de “fenómeno social” por haber roto récords de taquilla como si fuera una cosa extraordinaria. Yo me pregunto qué dirán si la probable película de “Al fondo hay sitio” o de “Perú Nebraska” o “Perú Loreto” superan la taquilla de “A su mare”: ¿Se repetirá la controversia entre los promotores del apoyo estatal al cine y los ultra liberales enemigos de cualquier intervención del sacrosanto mercado? Los mismos críticos de cine ya han enumerado varias de las razones por las que el público se adhiere a este tipo de propuestas. Habría que agregar que actualmente el discurso patriotero, emprendedor e integrador de la Marca Perú, a pesar de todo lo huachafo que es, tiene gran aceptación popular. Y entonces la gran conclusión de todo este asunto sería que si quieres lograr éxito con una película en el Perú tienes que militar y enmarcarte en esa idea agregando, claro, un atractivo formato de producción. Y si es así, entonces no se necesitaría de cuotas de pantalla y apoyos estatales.
    Esa es la trampa en donde han caído los críticos y a la vez promotores, creo yo, de que en nuestro país se haga buen cine. Está muy bien que sigan exigiendo que se cumplan las leyes, las cuotas de pantalla y los apoyos estatales pero cuando salgan películas como “Asu mare” que las critiquen con serenidad, independencia y objetividad y que no se fijen mucho en lo taquilleras que son.

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