Subcine

Hace unas semanas, a propósito del estreno de “El pequeño seductor”, publiqué una opinión breve (no una crítica) sobre esa película: dije que me parecía “subcine”.

Desde entonces se ha discutido el término en las redes sociales y anoche, el programa “En Cinta”, que dirige mi amigo Alberto Castro, más conocido en las redes como McZorro, dedicó varios minutos a “desentrañar” su sentido.

El asunto me causa perplejidad y risa.

En primer lugar porque se me atribuye la invención de un término más viejo que andar a pie. Recuerdo que en la época de “Hablemos de cine” lo usábamos, en forma coloquial, para referirnos a una película pésima. No mala, sino pésima de verdad.

En segundo lugar porque se dice que he inventado una categoría discriminatoria para basurear las películas “trash”, populares o chichas. En otras palabras, que es una opinión altiva y aristocratizante.

¡Por favor!

En el Perú se hacen películas verdaderamente populares que, dicho sea de paso, muy pocos en Lima se dan el trabajo de ver.  Están ahí, aunque parezcan invisibles: desde “La cuda” hasta “El condenado en la pequeña Roma”, entre muchísimas otras.  Tienen todos los defectos técnicos del mundo y algunos hasta se burlan de ellas. Pero tienen fuerza, son auténticas y poseen un verdadero valor cultural.  Jamás se me ocurriría tacharlas con ese término. Por el contrario, pienso que es urgente prestarles atención, analizarlas. Como lo he hecho en un trabajo que aparecerá pronto.

En tercer lugar porque -sospecho- ninguno de los comentaristas del término “subcine” ha visto “El pequeño seductor”. Jamás la mencionan como película, como objeto a juzgar. ¡El colmo!  La compulsión por estar ahí en el tuiter, por ser el primero en decir esto o aquello, lleva a debatir sobre un término sin saber a qué refiere.

Hemos llegado al punto crítico de discutir sobre cine sobre meros supuestos, sin ver las películas.

Vean “El pequeño seductor” y les quedará claro el asunto.

Pero como algunos comentarios del post pedían una definición del termino, intenté hacerlo en pocas palabras. Ahí va:

“¿A qué me refiero con subcine?

No solo a una película que es nula en méritos expresivos. También a un vídeo balbuceante, entrecortado y negligente, con problemas técnicos graves de sonido y edición.

¿Es una categoría peruana?

No. Me temo que en todas partes se cuecen habas.”

 

Ricardo Bedoya

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