¡Asu pare!: ¡Asu mare 2!

 

Viendo ¡Asu mare 2! recordaba el viejísimo esquema argumental -e ideológico- de las películas rancheras mexicanas.  De esas del año de la pera, con Tito Guízar o Pedro Infante.

De lo que se trata aquí es de conquistar a la bella muchacha, que también es heredera de la casona de La Planicie. Antes, en los clásicos mexicanos, era una hacienda en Jalisco.

Pero la tarea no es fácil.

El advenedizo de Mirones tiene que derrotar a un engreído y prepotente antagonista, su rival de amores (antes, el brazo derecho del hacendado), que sembrará pruebas de deshonestidad para desacreditarlo ante el patriarca.

La prenda querida (Emilia; antes Adelita la tapatía), queda atribulada ante la manifiesta falta de su pretendiente, que se pone del lado de un amigo “bribón”, pero tan blando y gracioso como otrora Fernando Soto “Mantequilla”.

La buena de Emilia tiene que aceptar que el rechazo del padre no solo es producto de sus prejuicios clasistas.

Al fin y al cabo, “Papá lo sabe todo”.

Pero una voltereta del destino -evento imprevisible y justiciero – pone las cosas en orden.

Solo entonces se sella el destino de Emilia. “Papa lo aprueba todo”: entrega a su prenda querida mientras la casa de La Planicie abre las puertas electrónicas y enciende sus luces, sin necesidad de grupo electrógeno, y a golpe de puro palmoteo.

Si en ¡Asu mare!,  la jarana en el callejón con música afroperuana a todo volumen sellaba la apoteosis de la inclusión social Marca Perú, aquí la señorial marinera y la salsa de Jerry Rivera, sonando a todo volumen en una mansión, coronan el entronque social perfecto.

Se redondea la “success story”.

Resultan  curiosas las exaltaciones patriarcales que muestran las últimas películas peruanas: ¡Asu pare!

Por lo demás, la película se estructura como un espectáculo de variedades.

Teniendo al personaje de Cachín como nexo de todas las situaciones, entre una y otra van apareciendo rostros “famosos” para hacer justo lo que esperamos que hagan.

Como si un presentador, entre fanfarrias musicales, anunciara: “… ¡Y ahora… Rocky Belmonte, llegado directamente desde ‘Fantásticoooo’!…”. Y, ¡zas!, Belmonte aparece para hacer lo suyo.

Y luego llega el turno de las rutinas cómico-musicales de Queca, de Tony, de Jerry Rivera, de Torbellino, y de “tutti quanti”.

Los artistas terminan su “número”, hacen una venia y … que entre el siguiente. Aplausos del público.

¿Algo que destacar?

Sí. El acabado visual y sonoro de la película; el diseño de la producción; el haber suprimido el filtro Vintage para embellecer Mirones; la vena cómica de Christian Meier; la auto-caricatura de Anahí de Cárdenas. Y las intervenciones de Ana Cecilia Natteri, mejor aquí que en la película anterior.

 

Ricardo Bedoya 

One thought on “¡Asu pare!: ¡Asu mare 2!

  1. concuerdo casi todo con su critica sr bedoya excepto por un detalle: en su frase “Por lo demás, la película se estructura como un espectáculo de variedades” , yo mas bien diria “Por lo demás, este sketch se estructura como un espectáculo de variedades”

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