Parece inútil tener que volver sobre una comprobación sobre la que tanto se ha escrito (yo lo vengo haciendo desde más de 50 años), pero por lo visto hay lectores, seguramente muy jóvenes, para quienes es necesario que se vuelva a decir, especialmente en el marco del debate que estamos proponiendo desde el blog.
Que la cartelera peruana es de una mediocridad aplastante no cabe la menor duda, tanto así que entre los mejores estrenos comerciales del año apenas si cabe una película de producción europea, Ninfomaniaca vol. 1. Tal vez incluso este año ha sido peor que los anteriores en el nivel de la calidad promedio y en mi caso de haber hecho una lista más rigurosa sólo hubiese incluido las cinco primeras que puse. Es decir, el noventa y pico por ciento de los mejores estrenos del año en el mundo no se ven en la cartelera peruana. Por esa razón, no me parece oportuno mezclar papas con camotes, es decir, los estrenos locales con los estrenos internacionales que se ven en festivales, dvd o plataformas virtuales. Entre otras cosas para que se vea la diferencia abismal entre lo que se estrena comercialmente aquí y lo que no se estrena.
Si es así, dirán algunos, ¿por qué dedicarle tanta atención a las películas de la cartelera en diarios, revistas semanales y algunos blogs? Porque esas publicaciones apuntan mayoritariamente al público que asiste a las salas comerciales y porque no aceptarían que las columnas estén dedicadas a películas que se difunden en DVD o en plataformas de la Internet. Y algunas, como mencionaba Ricardo, ni siquiera allí. No todo llega a Polvos Azules, o a veces llega tarde, no a todo se accede por Internet.
Claro que sería deseable una mayor atención a esa franja de la producción, pero el criterio que domina a las publicaciones de actualidad no lo favorece. Para eso están los blogs o, al menos, los que quieran asumir ese trabajo, y las publicaciones destinadas a un público minoritario. No nos engañemos: es escaso el público que asiste, por ejemplo, a buena parte de las proyecciones, incluso gratuitas, de Festivales como Lima Independiente y Transcinema (el Festival de Lima tiene muchos más recursos y cobertura, pero igual hay proyecciones, no en las salas del Centro Cultural ni el Alcázar, casi vacías)
Es penoso asistir a esas salas desiertas y no ver en ellas ni siquiera a esos críticos o cinéfilos jóvenes que uno esperaría ver. Se dirá que esos críticos y cinéfilos jóvenes no ven casi películas en las salas, sino en sus casas. Seguramente, pero eso mismo indica que, si hay un criterio central para escoger las películas a comentar en diarios y revistas (incluso las revistas especializadas como Cahiers du cinema y Positif en Francia o El Amante en Argentina lo hacen) es el de las películas que tienen audiencia pública, por más que con ello parezca avalarse un sistema de distribución comercial de miras muy limitadas.
Por eso me parece un despropósito pedirle peras al olmo. No es por la vía de los periódicos de gran tirada o de las revistas ilustradas por donde haya que buscar la defensa a la atención de ese otro cine. Como no son los multicines los que vayan a propiciar la difusión de esas películas. Igual que la producción y la exhibición de ese cine alternativo, son otros los espacios periodísticos y mediáticos que se tienen que construir. Nos faltan salas de arte, salas comunales donde esa producción excluida pueda verse, cadenas que se puedan ir creando en todo el país. Más festivales en Lima y en otras regiones. Mayor atención en las redes y en los espacios informáticos. Hay mucho por hacer que, lamentablemente, no pasa o pasa muy poco por la prensa de gran tirada y el negocio cinematográfico.
Isaac León Frías
“Es penoso asistir a esas salas desiertas y no ver en ellas ni siquiera a esos críticos o cinéfilos jóvenes que uno esperaría ver.”
He aqui una de las principales cosas que se esta reclamando. Sigamos por aquí.