Tres cortos de Manuel Eyzaguirre, por Emilio Bustamante

Tres cortos de Manuel Eyzaguirre[1]

Por Emilio Bustamante

La abuela Genoveva, Viajero y Verano son tres documentales realizados por Manuel Eyzaguirre. El primero es sobre la abuela del documentalista, el segundo sobre su padre y el tercero sobre su hijo. En los tres cortos se reconocen constantes estilísticas: paredes vacías, algunos cuerpos desnudos o semidesnudos, colores fríos y claros,  luz natural, ambientes austeros que remiten a la costa y al desierto, sobrio manejo de cámara. En los tres se vinculan los temas de la soledad, la memoria, y el cine como medio de comunicación familiar y combate al olvido.

En La abuela Genoveva la anciana aquejada de la enfermedad de Alzheimer es interrogada por el cineasta; pero no es la única que comparece ante la cámara, también lo hacen una hija suya (tía del director) y sus nietas. La anciana (a causa de la enfermedad) rechaza a su hija, esta se queja del trato que le da su madre, y las nietas se mantienen alejadas de la abuela pues no la soportan. La familia se halla en crisis por la enfermedad de la abuela, y sus miembros lucen y se admiten solitarios. El documentalista a través de la cámara y sus preguntas trata de romper la barrera de la soledad de  los personajes,  y logra un efecto casi milagroso:  La hija de Genoveva, en primer término  frente a la cámara, lamenta el estado en el que se encuentra su madre,  y expresa el sufrimiento que esto le produce; Genoveva, quien hasta entonces se ha encontrado en el segundo término en el encuadre, aparentemente ajena a la conversación,  reacciona ante el testimonio que da su hija y se acerca enternecida a ella. Ambas se abrazan como si la cámara -por instantes- lograra el retorno efímero de la abuela a la lucidez, o un contacto que se encuentra más allá de lo racional.

En Viajero, el padre del documentalista, un chofer de ómnibus interprovincial, enfermo de cáncer, le habla al hijo descarnadamente de su vida, su oficio, y la relación con su ex esposa, la madre del director. La cámara, en este caso, parece actuar como un catalizador capaz de permitir una comunicación crudamente sincera que parecería imposible sin su intermediación.

Tanto en La abuela Genova como en Viajero los personajes se hallan cerca de la muerte y las películas preservan su imagen y memoria, pero también el vínculo con el realizador, quien no aparece en el encuadre pero cuya presencia se hace notoria por sus preguntas y por ser a él a quienes se dirigen los personajes. Este vínculo es familiar y  es más notorio aún en Verano.

Al comienzo de Verano el niño dice que quisiera viajar en el tiempo para ver su nacimiento, pero no lo puede hacer. En el corto hay imágenes del niño en un verano, durmiendo, despertándose, tomando desayuno, viendo televisión en su cuarto, saltando o aburriéndose,  pateando una pelota en el patio de su casa,  bañándose, recorriendo con su bicicleta las calles y la plaza vacías, jugando en la playa;  siempre solitario. En otras imágenes (estas decoloradas), el niño sale vestido con traje de adulto y realizando actividades de hombre mayor en la calle, aludiendo probablemente a que las tomas del verano son las que corresponden al pasado feliz y las grisáceas (con lente largo que estrecha los espacios) a un  futuro sofocante y monótono. Aunque el niño ya no recuerde los acontecimientos de aquel verano, quedarán las imágenes de entonces que lo registraron.  Y dentro de estas imágenes hay una en una cabaña en la playa, en la que el niño encuentra una foto de él con su padre que cae de una agenda (que es como caer del tiempo); el padre ha dejado su huella, evidenciando que el niño no estuvo solo, como parecía.

Pero el padre en Verano es, además, el documentalista que ha registrado las imágenes del filme. Al final del corto, se escucha otra vez al niño decir que quisiera viajar en el tiempo para ver su nacimiento, pero no lo puede hacer. Aparecen  a continuación fotos de cuando él nació, presumiblemente tomadas por su padre. Si el niño no puede recordar su nacimiento, el padre sí lo recuerda, y ha registrado el momento para enfrentar al olvido. El filme entero es un viaje en el tiempo y, junto a los otros cortos, a partir del registro del reencuentro propicia una memoria familiar compartida que como tal trasciende la vida del personaje retratado.

Viajero y Verano obtuvieron premios en los concursos para obras cinematográficas de cortometraje convocados por el Ministerio de Cultura en los años 2012 y 2014, respectivamente.

Emilio Bustamante


[1] Este es un avance de la investigación sobre el cine regional peruano realizado por el autor para el Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima. Manuel Eyzaguirre es un cineasta y profesor universitario chiclayano.

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