Un decepcionante proyecto de ley

Leer el proyecto de Ley de la Cinematografía y el Audiovisual aprobado por el Consejo de Ministros y remitido al Congreso para su debate y eventual aprobación nos retrotrae a los años 1993 y 1994.

En esos años, luego de las reformas al régimen económico que liquidaron la ley de promoción de la industria cinematográfica legada por el gobierno militar, se buscaba un modo de estimular al cine peruano sin afectar los principios de la economía de mercado. Se imaginó la posibilidad de crear un fondo financiero, entre otros recursos que venían siendo aplicados en diversos países como herramientas de desarrollo de sus cines nacionales.  

Pero los preceptos del catecismo liberal terminaron por imponerse y el proyecto de ley promocional fue expurgado de cualquier heterodoxia. Se tachó la propuesta de un fondo financiero con ingresos sustentados en un tributo a la exhibición y pasó al archivo la posibilidad de establecer una reserva de mercado para el cine peruano.

En 1994 se dicta una ley que reconoce al cine como un medio de importancia cultural y educativa y, por eso, le destina una partida en el Presupuesto de la República. Es un monto equivalente a cerca de dos millones de dólares aplicados al desarrollo de un sistema promocional basado en concursos diversos.

Esa ley de 1994 fue incumplida en forma minuciosa durante muchos años. El Estado no entregaba los recursos y nadie intentó ejercitar una acción de cumplimiento, acaso porque todos sabemos que en el país las leyes están hechas para ser incumplidas, sobre todo si legislan sobre asuntos de cultura, esa rueda trasera del coche estatal.       

Veintitrés años después, otro proyecto de ley es sometido a la misma limpieza y similar cirugía.

Hace pocos meses se publicó un anteproyecto que contemplaba la creación de un fondo de financiamiento. Ahora se difunde un nuevo texto. En el ínterin, el fondo financiero se extravió y el proyecto de ley enviado al Congreso adquiere una fisonomía similar a la de la ley de cine de Fujimori, pero recargada. Es decir, con una dotación de recursos que se triplican y con algunas disposiciones valiosas, como la que establece la obligación contractual de establecer los modos y los plazos de la exhibición comercial de las películas peruanas.

Pero es imposible dejar de sentir frustración. Una vez más parece haber vencido la tecnocracia económica ortodoxa: es la mano es la que mece la cuna. Y la que impide que se vea a la cultura como un fenómeno que escapa al paporreteo dogmático.

Se aleja la posibilidad de que nuestras autoridades decidan de una vez por todas establecer políticas que impulsen el desarrollo sostenido de las industrias culturales y de las artes, como lo hace la mayoría de países del mundo, sin ceder a las cortapisas ideológicas que se hacen pasar por propuestas técnicas.

El proyecto de ley de cine remitido al Congreso potencia la producción de películas peruanas –y modifica la Ley 26370 para orientar recursos hacia las industrias culturales y las artes- y eso hay que destacarlo. Pero ata el destino de la promoción cultural a la voluntad de políticos y funcionarios que solo saben respetar la ley cuando ella no contradice sus prejuicios, como lo comprobamos durante casi dos décadas de incumplimiento de la actual ley de cine.

El proyecto de ley mejora algunos aspectos de la promoción al cine, pero no representa un avance ni un cambio sustancial. El modelo es el mismo que se agotó hace tiempo. No es posible mantener la promoción de las actividades culturales como apéndices de los vaivenes presupuestales.

La gritería que ha suscitado el proyecto en el diario El Comercio y otros medios liberales no es nueva ni sorprendente. Amplifica la misma monserga desinformada –ciertas economistas viven divorciados de las cifras y ni siquiera se dan el trabajo de revisar la ley actual o de estudiar la especificidad del cine como industria cultural- que se esgrime desde hace años.

En este blog hemos tratado el asunto varias veces. Aquí tienen algunos enlaces sobre el tema:

http://www.paginasdeldiariodesatan.com/pdds/?p=74

http://www.paginasdeldiariodesatan.com/pdds/?p=71

http://www.paginasdeldiariodesatan.com/pdds/?p=152

 

Ricardo Bedoya             

  

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