El concurso de proyectos de preservación audiovisual de la DAFO: Un tema a debatir, por Isaac León Frías

Una encomiable iniciativa de la Dirección General del Audiovisual, la Fonografía y los nuevos medios ha permitido que en el último año se convoque por primera vez a un concurso de proyectos de restauración audiovisual en el Perú. Nunca antes el Estado peruano se había preocupado por contribuir al rescate del material audiovisual registrado en el Perú, con dos excepciones relativamente recientes: la Biblioteca Nacional ha digitalizado el material de noticieros que durmieron peligrosamente en los ambientes del antiguo local de la Biblioteca en la avenida Abancay, así como el Instituto  Nacional de Radio y Televisión se ha abocado a la recuperación de su archivo tanto fílmico como videístico y sonoro.

Sin embargo, esos empeños localizados en dos organismos medulares de la cultura y la comunicación no aseguran realmente la preservación, pues se está procediendo, hasta donde se sabe, a la simple digitalización de los materiales audiovisuales y fonográficos. Eso es un avance, sin duda, pero no es suficiente, pues lo deseable es que se trabaje primero en la restauración y luego se proceda a la digitalización, lo que supone dinero, tiempo, personal especializado y equipamiento.

La incorporación de los proyectos de restauración en los concursos de la DAFO suponen un paso más en una tarea que el Estado ha venido ignorando de manera consuetudinaria, pero al mismo tiempo pone en evidencia serias falencias.

 

La Filmoteca de la PUCP

No es posible tener una comprensión clara del estado de cosas, sin considerar a la que nació como Filmoteca de Lima-Museo de Arte- EDUBANCO, en 1986, y que (compra de sus activos de por medio) se convirtió en el 2003 en la Filmoteca de la PUCP. Durante su permanencia en el Museo de Arte, la Filmoteca hizo un buen trabajo de programación, sin precedentes en el país,  en la sala del antiguo Palacio de la Exposición, pero su aporte en términos de preservación fue muy limitado. Apenas si se puede destacar la restauración de Yo perdí mi corazón en Lima, el último largometraje mudo filmado en el Perú. La Filmoteca contó en sus primeros años con escasos recursos provenientes de EDUBANCO y debió prácticamente autofinanciarse con ingresos de sus proyecciones para mantener la actividad regular.

El traslado a la Universidad Católica, que ya cumplió 15 años, le otorgó estabilidad y bóvedas bien equipadas, pero sin contar con una sala propia ni con los recursos económicos que le permitieran sufragar las tareas de restauración que, por otra parte, requieren, si se quiere hacer bien las cosas, procesarse en laboratorios especializados que no tenemos entre nosotros. Algo se ha hecho, con el apoyo de la Filmoteca de la UNAM y de la Cinemateca Brasileira (se han restaurado, por ejemplo, los largos De carne somos y Taita Cristo), pero eso es muy poco. Se ha podido hacer mucho más recurriendo al financiamiento de empresas nacionales o extranjeras afincadas aquí y también a los apoyos posibles de archivos y fondos de otros países, sobre todo europeos. Así, las cinematecas de Bolivia y Ecuador han logrado restaurar parte de su patrimonio. Y la Cinemateca Cubana ha recurrido, incluso, al apoyo del Archivo de la UCLA norteamericana para poner otro ejemplo.

Sin embargo, y pese a esas insuficiencias, no se puede ignorar que la Filmoteca de la PUCP cuenta ya con un respetable fondo audiovisual que precisa de urgente restauración y los premios del concurso de la DAFO la han excluido olímpicamente sin que se entienda la razón. Ni el proyecto de restaurar el material existente del único largometraje peruano de los años veinte del que algo ha quedado (Luis Pardo), ni la obra de Armando Robles Godoy han sido considerados por el jurado. Se han privilegiado, en cambio, propuestas sin duda valiosas, pero ajenas a la lógica de un trabajo articulado propio de un archivo especializado y aquí nos topamos con otro serio problema que mencionamos a continuación.

La ausencia de un Archivo audiovisual nacional

El acervo fílmico y videístico peruano se ha ido perdiendo o desgastando ante la completa indiferencia del Estado y solo, como hemos visto, ha sido en los últimos tiempos en que, acicateados en parte por la cercanía del Bicentenario de la Independencia, y seguramente por el incremento de una producción antes muy escasa, se han tomado algunas medidas entre las que no se encuentra, hasta ahora, la creación e implementación de un archivo especializado. Ha trascendido  que se establecería uno en el Cuzco, lo que está muy bien, pero un archivo regional no puede hacer las veces ni remplazar al que debería estar situado en algún lugar de Lima o sus alrededores (estos últimos especialmente para las bóvedas).

Esta carencia salta a la vista de manera clamorosa ante la entrega de cinco premios a otros tantos proyectos a los que se suman otros dos en lista de espera. No se puede objetar la pertinencia de ninguno de esos proyectos, entre los cuales están la obra de Nora de Izcue, los largos Gregorio y Juliana y un segmento de la filmografía de Francisco Lombardi. Pero, y con la excepción del Instituto de Etnomusicología de la PUCP y la ATA, se trata de empresas que no constituyen archivos, por lo que las restauraciones previstas (si es que se hacen bien) no garantizan permanencia en el tiempo. Es decir, se trata de materiales valiosos que, sin menoscabo del uso que quieran darle sus propietarios o representantes, deberían estar protegidos en los ambientes de un archivo audiovisual y no quedar librados a su suerte, que es lo que ha venido ocurriendo en el país. Protegidos y también, por supuesto, exhibidos y difundidos. No es cuestión simplemente de guardarlos, sino darlos a conocer con la mayor amplitud posible.

La DAFO tiene la responsabilidad de proteger esos registros audiovisuales como también hacerlo, por lo menos, con las películas que han obtenido premios en los concursos desde la instalación del organismo precedente, el CONACINE. No tiene sentido apoyar las urgencias de la restauración dejando “a la libre” el destino del acervo audiovisual peruano. Invito a todos los involucrados o interesados en la suerte de nuestro patrimonio audiovisual a pronunciarse sobre estos temas. Es necesario el intercambio de ideas sobre un asunto crucial que no debería pasar prácticamente inadvertido como hasta ahora.

Isaac León Frías

One thought on “El concurso de proyectos de preservación audiovisual de la DAFO: Un tema a debatir, por Isaac León Frías

  1. Lamento realmente que, con la sola excepción del muro de Christian Wiener en Facebook, no se haya comentado, o al menos no me enterado de que se haya comentado, el asunto de los premios de restauración. Hay un exceso de atención a las candidaturas al Oscar 2018 -bastante opacas en promedio- y muy poca a los asuntos que conciernen al cine peruano y, en este caso, a la restauración y preservación del material. Con esa indiferencia y desinterés de quienes debían ser los promotores de la necesidad de la conservación, muy poco ese podría esperar de los que tienen a su cargo la administración de los premios. Sin embargo, se están haciendo cosas. Además de los premios para la restauración se anuncia la creación de un archivo de la DAFO que permitiría conservar las películas restauradas y también las que han obtenido estímulos económicos desde el año 1996, luego de la instalación del CONACINE. Es una noticia auspiciosa que, esperamos, se convierta en un hecho. En ese archivo puede estar la base de una futura cinemateca o del archivo audiovisual nacional.

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