Preferidas de 2019: Lorena Cancela, desde Buenos Aires

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Aquí va una lista desde Buenos Aires de películas vistas en la pantalla grande y estrenadas en las salas de la Argentina. El orden descendente es concordante con el orden (valga la redundancia) en el cual se estrenaron en mi país. Me propuse este recorte porque era difícil sino elegir entre los distintos medios de exhibición. Privilegié en esta oportunidad la experiencia gregaria por fuera de los festivales. Involuntariamente, es también una muestra de la permanencia y hegemonía, aún cuando no se trate de películas pochocleras, del cine norteamericano en la cartelera. 

 

  1. “El irlandés” (Martin Scorsese). Seguramente no voy a ser original con la inclusión de esta película en mi lista, pero Scorsese en las casi tres horas y media de duración brinda un relato que responde a un tipo de cine en extinción: en primer lugar por la presencia de actores que terminan siendo tan importantes en el entramado del film como la puesta de luces o la puesta en escena. Y luego porque cuenta una historia de principio a fin valiéndose de recursos clásicos: el uso de la voz en off, los flashback, la caracterización. Es cierto que no fue esquivo al uso de los CGI pero en vez de darles a estos uno uso pirotécnico, les dio un uso  al servicio de lo narrativo. Hay que decir también que, a pesar de la pintura en las paredes, es menos sangrienta que otros trabajos de Marty como “Taxi Driver” y sin embargo la violencia siempre está ahí, contenida, a punto de escaparse por algún exabrupto, por algún gesto mal hecho. En este punto, con los días, corregería mi primera comparación y la emparentaría más con “La Edad de la Inocencia” que con “Buenos Muchachos”: En ambas hay personajes que envecejen, y los vemos envejecer, que a su vez cargan con pesos enormes en sus espaldas por toda su vida.
  2. “Solo una mujer” (Sherry Hormann). Es una historial real pero es tan difícil de asimilar que parece una ficción. Una muchacha es asesinada en Berlín por una interpretación aberrante del Corán. En realidad, es un auténtico femicidio que elabora toda una justificación, y mezcla lo religioso, para justificar el odio hacia la mujer que quiere construir su camino. El caso conmovió a la opinión pública alemana. La realizadora, a través de la voz off de su protagonista y refiriendo a “Sunset Boulevard”, nos informa que la muerta en el piso es la protagonista. Hacia atrás, aunque hacia adelante, toda su historia: los planos cortos y los interiores apoyan este relato escalofriante.
  3. “Érase una veaz en Hollywood” (Quentin Tarantino). Película políticamente incorrecta como todo lo que hace Tarantino. Si me dejara llevar solamente por la escena “cómica” en la cual se masacra a la mujer asaltante con un lanzallamas quizás no la elegiría. Pero justamente, el cine no es literal. Y esta película tiene toda una declaración de principios en este sentido cuando el personaje de Brad Pitt, bajo los efectos alucinógenos, le habla a los asaltantes. Siempre se ha dicho que Tarantino es abyecto porque escenifica, a diferencia de lo que ha hecho siempre Scorsese, violencia sin causa, como mero espectáculo: quizás en esta película (que justamente refiere a un hecho de violencia “sin causa”) nos esté explicando su por qué. Vale decir que a pesar de todo es un film con momentos sumamente divertidos.
  4. “Santiago/Italia” (Nanni Moretti). Lamentablemente, siempre hay historias para seguir desanudando respecto de las dictaduras latinoamericanas. Y si bien para algunos de los protagonistas de esta historia el desenlace fue de alguna manera feliz, siempre amarga y entristece ver esos tiempos de represión y tortura. Quizás alguien pudiera replicarle a Moretti que hay muchas otros documentales, como los de Patricio Guzmán,  que han hecho obras más contundentes sobre el tema. Desde mi punto de vista, la decisión del director de retomar estos hechos también implica pensar la Europa actual y su reacción con los refugiados.
  5. “Dogman” (Mateo Garrone). Una película que tuvo su momento de gloria en el 2018 en el circuito de festivales, sobre todo por la interpretación magistral del enjuto Marcello Fonte y que llegó a la cartelera de la Argentina un año y medio después. Si en la película anterior nos referíamos a la Italia actual, bien podríamos complementar esa visión con esta película de seres en los márgenes, que actúan guíados por su propio insisto (de allí los perros) y respondiendo al código de la venganza. Es una película de la temible lucha de los pobres contra los pobres que Pasolini advertía en algunos de sus escritos. Una película con pocos momentos de luz.
  6. “En los noventa” (Jonah Hill). Simplemente: pequeño gran peliculón. Un film de adolescentes, de eso que se define como “coming of age”, maravilloso. Pocos recursos, pero un conocimiento y un acercamiento tan comprensivo a sus personajes que maravilla.
  7. “Toy Story 4” (Josh Cooley) Una película sobre el emponderamiento femenino y el desapego contada al estilo Pixar: con personajes que son autoreflexivos, tienen valores, son diversos no solo por como se ven sino por como actúan. Una película sobre el crecimiento. La disfruté un montón. Al igual que “La vida secreta de las mascotas 2”.
  8. “Dolor y Gloria” (Pedro Almodóvar) Un departamento construido milimétricamente igual al departamento que habita su director en Madrid (ver Gloria Camarero “Madrid en el Cine de Pedro Almodovar”). La historia de un hombre que está dejando su última juventud y al que, cual en “Fellini 8 y medio”, lo rodean personajes de sesgo fantasmático. La historia quizás no es tan original, lo que sí atrapa es la interpretación que Almodóvar hace del melodrama desde España y donde efectivamente los espacios son protagonistas. Es puro placer ver su puesta de cámara, su iluminación, su puesta en escena.
  9. “Border” (Ali Abbasi). Habría que agradecerles a los distribuidores argentinos que se jueguen por comprar proyectos como este. Como su título lo indica la película comienza en una frontera y el concepto de “lo fronterizo”, lo híbrido, lo no binario, lo que no es ni esto, ni lo otro, está presente en todo el film. Otra película para admirar de principio a fin.
  10. “La Mula” (Clint Eastwood). El héroe blanco americano en manos de los “villanos” sudamericanos. Dicho así parece un cliché pero como ocurre con Clint es mucho más que eso: es una película sobre mentalidades, sobre los que creen en solo hacer su trabajo sin preguntar mucho. Es una película sobre la debilidad en la vejez. Y encima contada como una road movie. ¡Qué importan los Oscar! Gracias Clint por seguir filmando.Lorena Cancela 

     

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