Más referencias de un Perú imaginado

Las escenas poscréditos de 'Ya no estoy aquí' guardan una gran ...

 

En el libro “El Perú imaginado. Representaciones de un país en el cine internacional” (Universidad de Lima, 2017) intenté registrar, de modo no exhaustivo, algunas de las tantas referencias al Perú que aparecen en el cine desde los tiempos del período silente. Es un trabajo que mantengo abierto, incorporando datos que encuentro en el cine del hoy y del pasado.

Aquí van algunas referencias halladas en los últimos meses (incluyo a la serie “Los Soprano”). Las anoto sin ampliar las informaciones ni precisar detalles.

 

En “Call of the wild” (1935), de William Wellman, Clark Gable y Jack Oakie se provisionan de yodo y quinina antes de partir de Dawson City en busca de una riquísima mina.
En “Easy Living” (1937), de Mitchell Leisen, se asocia al Perú con inversiones y riqueza.

 

“Pimpirnel Smith” (1941), de Lesley Howard, muestra una recepción diplomática que se desarrolla en la residencia del embajador británico en el Berlín de 1939. De pronto se oye el anuncio de la llegada de “su Excelencia el Embajador de Perú y la señora Gordia”

 

En “The Impostor” (“Strange Confession”, 1944), una de las películas que el francés Julien Duvivier realizó en Estados Unidos, se recurre al uso medicinal de la quinina.

 

En “Ring of Fear” (1954),de James Edward Grant, un thriller ambientado en el mundo del circo, las llamas peruanas son una atracción del espectáculo junto con los caballos árabes y los elefantes africanos.

 

Al inicio de “Trapeze” (1956), de Carol Reed, el personaje que interpreta Tony Curtis sale de una estación del metro de París que muestra un afiche, de estilo Art Deco, de St. Raphael, la marca de una bebida de quinquina.

 

En “Duet for Cannibals” (1969), de Susan Sontag, se ve un afiche de Hugo Blanco pegado en una pared del departamento del personaje principal.

 

En el séptimo capítulo de la primera temporada de “The Sopranos” (1999), Tony Soprano discute con la terapeuta sobre el “destino” criminal de su vida y la herencia que recibió de su familia, en contraste con el concepto de libre albedrío que sustenta la terapeuta. “Si es así, ¿por qué no estoy haciendo vasijas en el Perú?”, dice Tony.

 

En la boliviana “Quién mató a la llamita blanca” (2007), de Rodrigo Bellott,un policía autoritario declara su gusto particular por reprimir a “hippies cochinos” y a peruanos.

 

La argentina “Diablo” (2011), de Nicanor Loretti, es pródiga en referencias a los incas y al Perú.

 

En “La muerte de Jaime Roldós” (2013), una hermana del presidente fallecido enseña el material periodístico del archivo de Roldós. Un titular de prensa menciona la “agresión peruana” durante el llamado Conflicto del falso Paquisha, a inicios de 1981.

 

En “Los reyes” (2018), documental chileno de Bettina Perut e Iván Osnovikoff, unos jóvenes skaters, que dialogan sin aparecer en el campo visual, ocupado por dos perros cuyo deambular es seguido por la cámara, dicen que los peruanos mezclan cerveza con Coca Cola. Será con Inca kola, dice uno de ellos. No, responde el otro, es con Coca Cola. “Es una chela-cola”, dice.

 

En la argentina “Familia sumergida” (2018), de la argentina María Alché, se oye un vals de Serafina Quinteras.

 

En “Ainhoa, yo no soy esa” (2018), de la chilena Carolina Astudillo, se lee el  fragmento de un texto de Gabriela Wiener.

 

La animación “Pachamama” (2019), del argentino Juan Antín, se desarrolla en el altiplano peruano en tiempos de la llegada de los conquistadores españoles.

 

Las acciones de “Dora and the Lost City of Gold” (2019), de James Bobin, se ambientan en la selva peruana y Eugenio Derbez interpreta a un profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

 

En “Downton Abbey” (2019), una costurera real que ha robado unos objetos del mobiliario de la mansión británica es amenazada con un escándalo que se oirá hasta Perú.

 

En “Pirotecnia” (2019), del colombiano Carlos Federico Atehortúa Arteaga, se menciona los registros audiovisuales realizados por Carlos Pelbet, a inicios de los años ochenta. Una de ellas es la del partido jugado el 2 de agosto de 1981 por los equipos Nacional y América, en el marco del trigésimo cuarto torneo del campeonato profesional de fútbol colombiano. América está a punto de ser campeón, pero Gerardo González Aquino comete una falta contra el peruano César Cueto. Se suspende el partido. En las imágenes aparece también el futbolista peruano Guillermo La Rosa.

 

En “Domino” (2019), de Brian dePalma, la secuencia climática ocurre en la plaza de toros de Almería, donde está planeado que ocurra un atentado del Estado Islámico. En el ruedo aparece lidiando Andrés Roca Rey.

 

En “El robo del siglo” (2019), del argentino Ariel Winigrad, el banco Río, objeto del atraco, está ubicado en la esquina de la calle Perú y la Avenida del Libertador.

 

“Ya no estoy aquí” (2019), del mexicano Fernando Frías de la Parra, tiene como protagonista a Ulises, miembro de una tribu urbana regiomontana llamada Los Terkos, que cultivan una versión, de ritmo desacelerado, de la cumbia colombiana. Ellos se afilian a un movimiento contracultural conocido como Kolombia.  En la visita a un mercadillo de Monterrey, el vendedor de un puesto de música informa que tiene grabaciones Kolombianas de Perú.

Ricardo Bedoya

3 thoughts on “Más referencias de un Perú imaginado

  1. Ricardo, no sé si lo tengas ya pero en la película ¨Kollontai, apuntes de resistencia¨(2018) del argentino Nicolás Mendez Casariego se comenta que los militares que dieron una especie de autogolpe de Estado contra el uruguayo Bordaberry en 1973 dieron la impresión inicial de que eran´peruanistas´seguidores del General Juan Velasco quien aparece en vídeo con el compás de una marcha militar peruana de la época del Gobierno Revolucionario.

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