El título original es larguísimo: Película subsecuente de Borat. Entrega de un soborno prodigioso al régimen americano para beneficio de la gloriosa nación de Kazajistán.
Como es muy complicado llamarla así, se la conoce también como Borat 2 y forma parte de la programación de la plataforma Amazon Prime.
Es la continuación de la primera aventura del personaje, hecha hace 14 años. El actor Sacha Baron Cohen retoma el papel del periodista kazajo que suelta las frases más incorrectas que uno pueda imaginar. Es misógino, racista y muestra una homofobia radical.
Esta vez viaja a los Estados Unidos para cumplir una curiosa misión que supone llegar hasta el mismo Donald Trump y los funcionarios gubernamentales más cercanos. No se puede decir más del argumento, salvo que esta vez el faltoso personaje está acompañado por una muchacha de 15 años, interpretada por la actriz María Bakalova. Ambos son los responsables del caos.
Los recursos del humor en las películas de Borat no son refinados ni sutiles. Por el contrario, cuanto más gruesos son los chistes y más procaces las situaciones resultan más eficaces para conseguir lo que se proponen: satirizar los hechos y dichos de ciertos personajes de la América profunda que encarnan el conservadurismo más extremo. Pero no se queda en eso. Borat va más allá. Aplicando las retóricas del falso documental y las técnicas de la cámara escondida se infiltra en sesiones de grupos integristas y en alguna reunión del Partido Republicano para desmontar, por la vía del ridículo, las afirmaciones de sus líderes. Como las del vicepresidente Pence que, en los días iniciales de la pandemia, afirma estar preparado para dominar el COVID 19 en los Estados Unidos.
Esta segunda incursión de Borat -más lograda y certera que la primera- está filmada en parte durante el confinamiento y uno de sus mejores momentos ocurre en una manifestación de protesta contra el aislamiento. Sacha Baron Cohen aprovecha de la ridícula situación para subir al estrado y hacer una de las tantas “performances” que acumula la película.
Por cierto, las apariciones de Borat tienen el cálculo de la oportunidad. Aparecieron faltando pocos días para las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
Ricardo Bedoya