La Amazonia en el cine peruano (2) Los años treinta

La década de los treinta se inicia con la proyección de Bajo el cielo peruano, documental dirigido por Guillermo Garland y exhibido en diciembre de 1931. Un resumen periodístico de la época, informa sobre el contenido de la cinta:

Esta película tiende a hacer conocer el país, en sus más extraordinarias bellezas, pues comprende diversos aspectos del mismo (…) Se ve desfilar la montañosa región de Chachamayo, intrincada región de bosques, donde aún las costumbres de la vida civilizada van apenas llegando a medida que la cinta de las carreteras va ganando terreno en aquellas regiones. Los campas muestran sus costumbres y su vida en las extensas zonas de la hoya amazónica.”

Pero es en Iquitos que se produce el hecho más importante de la década en esta materia: el rodaje de Bajo el cielo peruano, largometraje producido y dirigido por Antonio Wong Rengifo, según historia suya. Se estrena en los cines Alhambra y Bolognesi de Iquitos, el 12 de diciembre de 1936.

La importancia de Wong Rengifo excede la del cine amazónico, ya que su actividad fílmica es la primera de corte profesional surgida en una región del Perú, más allá de Lima.

Fotógrafo, periodista y músico, Wong Rengifo empieza filmando vistas cortas de hechos usuales y escenas cotidianas de Iquitos, hacia 1932. Estas cintas son la base de un conjunto de siete cortometrajes que se exhiben progresivamente hasta 1934 con el título genérico de Revista loretana.

Bajo el sol de Loreto es una película silente cuyos protagonistas son caucheros de la zona y nativos de la tribu de los Aushiris. El rodaje es realizado por Wong internándose en la selva, siguiendo la trayectoria del río Tarapoto. En la labor técnica y de producción cuenta con la colaboración de Enrique León Morejón y de Julio Baldeón.

La revista Amazonía, en el estreno de Bajo el sol de Loreto, publica lo siguiente:

” (…) Los obstáculos que hasta hoy ha encontrado Wong, ha sabido dominarlos fácilmente, y con el pensamiento siempre puesto en el porvenir, ha emprendido la filmación de una nueva película de carácter netamente regional, cuyas primeras pruebas, presenciadas en unión de varios miembros del Bureau Amazónico de Estudios Sociales y Literarios, prometen un éxito rotundo para el día del próximo estreno, puesto que a nuestro humilde criterio, corroborado por el de cuantos asistieron al primer ensayo de un par de rollos, la cinta Bajo el Sol de Loreto reúne todas las condiciones de nitidez, plasticidad y hondo dramatismo que se requiere en los argumentos para cautivar al público, no faltándole para ser perfecta en su género, sino la sincronización que hubiera dado al conjunto la sensación real de la vida en la selva.

Para filmar esta obra, ha tenido que trasladarse al río Napo, e internarse en la selva siguiendo el curso del río Tarapoto, afluente de aquel por su margen derecha, hasta ponerse en contacto con la tribu semi-salvaje de los Aushiris, lugar que ha servido de escenario natural al desarrollo de las principales escenas. Este nuevo y valiosísimo aporte a la industria cinematográfica regional, revela hasta donde pueden llegar la constancia y el esfuerzo unidos a un ponderado sentido artístico.

Naturalmente que Wong, no podía producir sólo con sus escasos medios económicos, esta nueva película, y es así como ha recibido colaboración eficaz de parte de los señores Enrique León Morejón y Julio Baldeón, quienes han contribuido con su trabajo personal, dinero y gente para la improvisación de los escenarios en plena selva, cuya labor ha durado alrededor de cinco meses.

Para la filmación de las primeras Revistas, Wong empleó una máquina De Vry, estadounidense, la que fué sustituida por otra, marca Pathé de mayor potencia en los lentes, fijeza y nitidez fotográfica para esta segunda película, condiciones que revelan también la experiencia adquirida por el destacado amateur.

Animados como se hallan Wong y los señores León y Baldeón para seguir adelante con sus propósitos, piensan asociarse y adquirir en los Estados Unidos de América un equipo moderno para filmar películas sonoro-parlantes, que pongan a la industria regional a tono con el actual progreso de la técnica peliculera.

Tal es la evolución operada en la industria cinematográfica iquitense durante treinta años, según datos que hemos podido conseguir; desde la proyección por sistema de lámpara a carburo hasta la de sistema sonoro-parlante que hoy apreciamos, y por si esto no significara bastante, la incipiente filmación de películas a que acabamos de aludir en el acápite anterior, dicen muy alto de nuestro ritmo progresista al que todos debemos contribuir de manera indirecta, prestando nuestro apoyo desinteresado con miras a un engrandecimiento común que es el que todos esperamos hacer de esta bella “Amazonía”. (Luis de Cáuper, Revista Amazonía No. 4. Iquitos, 30 de octubre de 1936).

Según el mismo Luis de Cáuper, antes de la realización de Bajo el sol de Loreto, Wong logra filmar vistas documentales del conflicto con Colombia que estalla en los meses finales de 1932.

“… que tiene interesantes escenas captadas en pleno conflicto con Colombia en 1932 y primeros meses de 1933. Esta cinta, exhibida en Iquitos con notable éxito, fue llevada a Lima a mediados del citado año de 1933 por su propietario y filmador con el objeto de exhibirla también en la capital de la República, lo que no fue posible, ya que se había firmado hacía poco el Protocolo de Río de Janeiro, poniendo término al incidente fronterizo entre ambas naciones. No obstante las dificultades surgidas por esa circunstancia, la cinta se exhibió en Palacio, y Wong recibió calurosas felicitaciones por lo bien presentado de la obra, tanto de parte de destacadas personalidades del gobierno, como de los representantes de todos los diarios de Lima que asistieron a la prueba. Posteriormente se realizaron gestiones encaminadas a que el Supremo Gobierno adquiriese por compra dicha película, gestiones que no lograron progresar.” (Amazonía, edición No. 4, Iquitos, 30 de octubre de 1936)

El veto a esa cinta no trasciende a la prensa limeña, que no informa sobre lo ocurrido.       

Otra incursión cinematográfica en territorio amazónico es llevada a cabo por la empresa limeña Amauta Films, para el rodaje de Sangre de selva, dirigida por Ricardo Villarán, con la actuación de la española Carmen Pradillo, Alejo López, José Luis Romero, Blanca Rowlands, Elvira Travesí, y el “concurso de 50 extras y tribus de indios Campas”. Se filmó en la región del río Perené. La música es de Daniel Alomía Robles. Se estrena en Lima el 29 de octubre de 1937.

Cuenta una historia romántica protagonizada por un personaje llamado Tafichán (Alejo López) que se interna en la selva escapando de la persecución por un crimen que cometió en defensa personal. El modelo del personaje y su circunstancia es el de los héroes de la llamada literatura nativista, encarnada en los relatos de Horacio Quiroga, o en el cine argentino de la época, con los personajes perdidos en las selvas de Misiones.

Tafichán fuga por la selva virgen, región alejada de la arbitrariedad de la justicia impuesta por los poderosos. Ayudado por los campas, Tafichán elige la vivencia de lo “primitivo”, mientras la película aprovecha la fotogenia del paisaje selvático.

De Sangre de selva, la prensa dice lo siguiente:  

(…) El Perené, verdadero rincón encantado, agreste, bello y exuberante. Es allí donde se desarrolla y se ha filmado Sangre de selva, presentándonos todas las riquezas extraordinarias que se esconden entre esa maraña selvática, en la que habitan como guardianes de sus tesoros alimañas de todas clases.

Paisajes imponentes y de belleza indescriptible desfilan ante los ojos asombrados del espectador de Sangre de selva, obra esencialmente nacionalista, porque ella hace conocer a muchos peruanos su propio país (…)” (comentario de Florentino Iglesias aparecido en el diario limeño Universal del 24 de octubre de 1937, pág.8)

 

Ricardo Bedoya

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