Avenida Larco e Hija de la laguna

Lástima que “Avenida Larco”, de Antonio Rodríguez Romaní, haya salido de cartelera. Alguna sala, tal vez la del Centro Cultural PUCP, debería reponerla. No es un mero reportaje. Tampoco una exaltación. Ni la historia de una canción. Es más que la historia de Frágil.

La película es, sobre todo, el relato de la formación y desarrollo de un grupo musical. En el camino, se exponen no solo los éxitos; también sus contrastes, contradicciones e imposibilidades.

Lo más atractivo de este documental es lo que vamos descubriendo al verlo. La narración que se construye; los retratos individuales que se esbozan; las tensiones que van apuntándose en la exposición. No hay un guion que obre como patrón rígido ni camisa de fuerza. El concierto en el Gran Teatro Nacional es el hilo organizador, pero en torno de él se van alternando incidentes, testimonios, confrontaciones. La historia del ascenso de la banda está marcada por la nostalgia, la decepción o el desengaño de no haber podido meter el gol decisivo y conseguir el  éxito continental que, tal vez, hubiera merecido el grupo.

“Avenida Larco” es también el retrato de Andrés Dulude, el vocalista histórico de Frágil, y una personalidad complicada. Un retrato que se construye por oposición al resto de integrantes de la banda. Dulude aparece compareciendo siempre solo ante la cámara, mientras que los demás músicos dan sus testimonios en grupo. El montaje alterna las apariciones de uno y otros; logra que unas secuencias comenten las otras; filtra algún comentario dicho en plan de confidencia. Da cuenta de las tensiones de Dulude con sus compañeros, de sus decisiones súbitas e inexplicables, de su indefinición en los momentos culminantes para el grupo, de sus renuncias. Pero también, de su carisma y su capacidad.

“Avenida Larco” es el recuento de un grupo dotado que, al cabo de los años, siente que falló el penal, o que la pelota chocó en el palo en el momento decisivo. Una historia de músicos talentosos a los que la película celebra, pero sin ocultar que pudieron alcanzar la fama internacional que otros, con menos méritos, lograron. Una historia peruana.

“Hija de la laguna” presenta a un personaje singular: Nélida, cajamarquina, una joven que mantiene una relación particular con las lagunas altoandinas. Les habla, convencida que tienen espíritus, encarnan fuerzas tutelares y están amenazadas.

Lagunas amenazadas por la labor minera, que busca oro y otros minerales. Como también ocurre en los campos de Bolivia, hacia los que acude el documental para recoger testimonios de exclusión y depredación.

Oro con el que se hacen joyas, lo que permite conocer a una diseñadora europea que viaja al Perú y se enfrenta a la depredación de los bosques, víctimas de la extracción informal de los metales.

A diferencia de “Avenida Larco”, “Hija de la laguna” se ciñe a un guion rígido; mejor, a una pauta demostrativa. Ilustra una “verdad revelada”; sostiene un concepto que no parece requerir de contrastes.

La película ilustra un problema, pero no registra contradicciones. Por eso, sus momentos más logrados son aquellos en los que la voluntad de observar y descubrir lo que se halla frente a la cámara se imponen sobre la catequesis. Por ejemplo, la secuencia de la entrada al socavón de la mina boliviana, o las intervenciones de las mujeres de El Totoral, o la llegada de la policía a las inmediaciones de la laguna, o la imagen de Nélida llorando mientras cosecha.

Pero la película se debilita con la afectación de las poses o los gestos que idealizan las ideas que postula la película, o buscan embellecer o estetizar los entornos: la invocación de Nélida a la “madre agua” se desgasta en la reiteración, y sus apariciones en compañía de Marco Arana en el bosque están marcadas por un artificio más bien edulcorado. En esos momentos, la película suma imágenes filmadas con solvencia técnica, pero que se ofrecen como estampas.

Ricardo Bedoya

 

4 thoughts on “Avenida Larco e Hija de la laguna

  1. Hija de la laguna como dices técnicamente tiene sus escenas, pero para mí que ademas de cinefilo, soy bachiller en ingenieria metalurgica y el medio ambiente ha sido muy tratado en mis ultimos cursos , es una evidente propaganda antiminera y que un supuesto documental no sea objetivo le resta bastante puntos, más alla de la opinión que su realizador pueda tener.

  2. No comprendo por que salio de cartelera la Av Larco si no llego ni a los 10 dias de estreno,,, Q motivo tienen los cines? Mucha gente no alcanzo a verla,, No es nada serio q la hayan quitado asi nomas

  3. Totalmente de acuerdo con esto: “Pero la película se debilita con la afectación de las poses o los gestos que idealizan las ideas que postula la película, o buscan embellecer o estetizar los entornos: la invocación de Nélida a la “madre agua” se desgasta en la reiteración, y sus apariciones en compañía de Marco Arana en el bosque están marcadas por un artificio más bien edulcorado. En esos momentos, la película suma imágenes filmadas con solvencia técnica, pero que se ofrecen como estampas.” Esa obsesión de darle demasiado dulce a lo que en esencia tiene una carga mística valiosa hace, a mí parecer, verla caricaturizada. Lástima, porque la legítima lucha de los cajamarquinos frente a la devastación de Yanacocha, merece más.

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