Dos películas del Hollywood liberal, el que le hace la pelea a Trump.

“El maestro del dinero” está dirigida por Jodie Foster, militante de varias causas y actriz de “Taxi Driver” y “El silencio de los inocentes”. Con su amigo George Clooney, que oficia de productor, se lanza a satirizar el poder de los medios en complicidad con los tiburones de Wall Street, y a hacer la apología del hombre común, seducido por los cantos de sirena de la especulación financiera y víctima de su buena fe.

No es, como se ha dicho, una relectura de “Tarde de perros” o de “Network”, esos crispados alegatos contra el sistema. Es, más bien, un cuento moral, de talante risueño, sobre un sistema necesario cuyos tejes y manejes han caído en manos de buitres. El suspenso es impulsado por una situación de reality: Clooney se convierte en rehén de un joven desesperado durante una emisión televisiva en vivo. El set del programa financiero se transforma en escenografía de un show criminal, con amenaza de bomba incluida.  Foster, con oficio y seguridad, trenza dos hilos narrativos. El del secuestro en directo, y el que descubre la catadura de los sujetos que mueven el capitalismo de hoy.

La angustia nunca llega al pico porque algunos toques de humor, más bien blandos, lo impiden. Y la mirada crítica se desdibuja con el rehén redimido y con la irrupción de un villano inescrupuloso que salva, in extremis, el honor institucional de Wall Street.

 

“No sin ella” tiene a Julianne Moore y a Ellen Page interpretando a una pareja de lesbianas buscando el reconocimiento de sus derechos patrimoniales como pareja. Asunto quemante tratado en clave de melodrama. El estilo es el de un telefilme promedio, pero la intensidad de las actrices levanta lo que pudo ser solo un discurso bienintencionado.

 

Ricardo Bedoya

(Nota publicada en la edición de Caretas del 6 de junio de 2016)