“Los elegidos” (Dark Skies”), de Scott Stewart, es una película de ciencia ficción tratada como filme de horror. Atractivo cruce genérico que convierte lo que parece sobrenatural, de ultratumba, en efectos causados por seres venidos de otros planetas.
Aquí vemos una casa misteriosa, saturada de una energía inquietante; una familia que se perturba con extraños movimientos nocturnos; personajes poseídos por una fuerza desconocida. Es decir, el relato está sembrado con los ingredientes típicos del terror en clave demoníaca o de película de espectros, pero todo se va orientando hacia otro tipo de explicaciones. Los seres venidos del espacio se manifiestan y lucen como fantasmas.
“Los elegidos” maneja con solvencia sus grandes influencias: el terror causado por lo irracional, como en “Los pájaros” de Hitchcock, y los encuentros cercanos del tercer tipo. Pero a diferencia de la benevolencia de la película de Steven Spielberg, aquí solo cuenta la agresividad de los visitantes, que no creen en nada de lo humano y ni siquiera respetan las tradiciones del género, esas que apuntan a la subsistencia de la familia luego de la pesadilla.
Ricardo Bedoya