“Cita con el demonio” (The Loves Ones), del australiano Sean Byrne,  llega con cuatro años de retraso. Es una extravagante parodia del cine de horror de los años setenta e inicios de los ochenta.

Es una versión perversa –casi una cruel caricatura- de “Carrie, extraño presentimiento”. Pero no solo del clásico de Brian dePalma; también de algunas mugrientas y divertidas películas de horror de esos años, con villanos enloquecidos, sádicos y torturadores, como “Motel Hell”, con un Rory Calhoun convertido en carnicero demente. Una derivación burlesca del seco horror que patentó Tobe Hooper en la original “The Texas Chainsaw Massacre”

 Todo se puede esperar en esta película que atempera la violencia más morbosa con un humor renegrido. Comienza con un filme de adolescentes que esperan con ilusión su fiesta de fin de curso y sigue como un drama de conflictos existenciales juveniles. En el momento menos esperado sobreviene un secuestro y todo desemboca en el rito bárbaro de la fiesta de promoción privada que organiza, para vengar su despecho, la chica más tranquila de la clase. El “teen movies” se encuentra con el horror grotesco. Lo que sigue tiene el salvaje refinamiento de una tortura hecha con taladro. Y para que no falte nada, en el sótano de la casa siniestra habitan zombis, caníbales o lo que sea. Violencia delirante y plato de digestión trabajosa.

Ricardo Bedoya