Una mujer fantástica

El personaje principal de “Una mujer fantástica”, de Sebastián Lelio, es Marina, en notable desempeño de Daniela Vega. Ella sueña con cultivar su voz y convertirse en cantante lírica, mientras mantiene relaciones amorosas con un empresario. Pero  ese proyecto de vida se trunca de golpe. Es el inicio de un conflicto que la opone a su entorno. A causa de su identidad transgénero, Marina soporta agresiones cotidianas.

Dos hilos narrativos se alternan en la película. El primero propone corrección y tolerancia, pero lo hace impostando la voz y cargando el énfasis. Recurre a personajes odiosos, de trazo grueso, como los familiares cercanos de la pareja de Marina, para marcar oposiciones y forzar nuestra identificación con la víctima de sus sevicias. Y apela a “bajadas de línea” o a notas a pie de página para recapitular lo que ya sabemos. De repente, Lelio detiene el relato para complacerse en el virtuosismo de sus  imágenes acicaladas  e impregnadas de simbolismos. Ellas nos recuerdan que su protagonista se enfrenta a los “malos vientos” y que su reflejo especular no se parece al de los “otros”, porque es problemático y desafiante. Ese costado didáctico y ejemplar no funciona bien en la película.

El segundo hilo del relato aparece apuntado, pero sin mayor desarrollo, pese a ser el más sugerente.  Es el que vincula a Marina con el “reino de los muertos”. La película se abre entonces a las fantasías del deseo y del recuerdo amoroso. Los apuntes espectrales, las apariciones del ser de ultratumba, la fantasía siniestra en el crematorio y los claroscuros de la parte final esbozan un costado fantástico ligado al mito de Orfeo, pero releído con libertad y en clave transgenérica.

El momento más fuerte rehúye el didactismo: Marina pasa por una revisión médico-policial. La cámara muestra la humillación de frente,. La figura desnuda de Marina se opone al artificio de las imágenes finales de la película. ¿Marina es o no es una quimera?

Ricardo Bedoya   

Este comentario, con algunos cambios, es el publicado por la revista Caretas en su edición del 14 de setiembre de 2017.  

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