Como era de esperarse, y en respuesta a mi texto sobre “La paridad de género en el cine peruano”, Mónica Delgado publicó tuits en los que hace lo que suele hacer: la burla y el escarnio de los que osan señalar desacuerdos con ella, aunque el texto no estaba dirigido a ella, sino a tratar un asunto sobre el que hay mucho debate en estos tiempos. Y en el caso de la paridad de género, ni siquiera hay grandes desacuerdos con Delgado, sino matices (que ella convierte en grietas profundas o abismos) en lo que toca a la aplicación de la paridad.
No he cuestionado la legitimidad de la búsqueda de paridad, sino el hecho de que no se puede hacer a la fuerza, inventando, por ejemplo, críticas mujeres donde no las hay. He dicho que se trata de un proceso que a la larga derivará (esperemos) en una equidad en la que ya ni siquiera se plantee la paridad numérica reivindicativa que en estos tiempos es el objetivo razonable en el camino por reducir las brechas de género y que, en ese nuevo estado de cosas (hablo de un futuro aún incierto) permita que los méritos y las calidades personales sean las que cuenten y no los números o las cifras. Ese es el objetivo, que no justifica la arbitrariedad: cuando no hay condiciones no se puede forzar la paridad. Hay que contribuir a crear esas condiciones, por supuesto.
Todo eso, escrito por mí (no sé cómo hubiese reaccionado si lo hubiese escrito alguien de su entorno) a Delgado no sólo le resulta inadmisible, sino una señal de reblandecimiento, de atadura a remotos conceptos largamente superados. Y, encima, la hace soltarse en denuestos, que quiere pasar como chistes u ocurrencias, como hace habitualmente en sus tuits, convertidos en un equivalente digital de los libelos de otros tiempos, pero sin la agudeza y la categoría de tantos distinguidos escritores.
A mí me tocó estar el año pasado en un jurado evaluador al lado de cuatro mujeres, una de ellas la artista plástica peruana Natalia Iñiguez y las otras tres, cineastas extranjeras (mexicana, colombiana y chilena) Siendo declaradamente feministas, ninguna propuso la paridad de género en el reparto de los premios y se atendió estrictamente a las calidades de los guiones y a la solvencia de los planes de producción. Al lado de ellas, una desaforada Delgado parece todo lo contrario de una activista feminista, y se convierte en una petardista egocéntrica a quien le importa su propio discurso y no la causa que dice defender.
Se vale de los tuits para utilizar argumentos como el de la descalificación por razones de la edad. ¿Ese es un argumento válido en alguna parte del mundo?, ¿se imaginan a Susan Sontag o a Simone de Beauvoir rechazando a sus críticos por razones de edad? Pero, además, haciéndolo con sorna y menosprecio, con alevosía. Denigrando al supuesto oponente.
Así lo ha hecho, y con una dureza brutal, con amigos muy cercanos y leales a los que insultó de manera inclemente, y sin duda, lo seguirá haciendo, pues no hay amigos confiables para ese perfil de personalidad en la que los amigos y los vínculos son circunstanciales y sujetos a las propias conveniencias y estados de ánimo. En cualquier momento puede arremeter contra los que tiene cerca por cualquier razón deleznable.
Además, ataca sin leer bien lo que otros escriben y reaccionando de manera precipitada, sin procesar lo que lee, escucha o le cuentan, pues a ella si no le dan gusto, no se siente dispuesta a transigir ni siquiera en nimiedades. Por supuesto, sin la menor disposición al intercambio de ideas y, por lo tanto, al debate que suponen puntos de acuerdo y de desacuerdo y suponen, asimismo, un mínimo de respeto y consideración que ella no tiene en absoluto.
¿Se puede debatir con quién se dedica a la ridiculización de quienes no opinan como ella y que les endilga sobrenombres y les atribuye taras o limitaciones intelectuales o de cualquier tipo que sirva a sus fines? Es muy lamentable porque se trata de la única mujer crítica de cine que ha mantenido por años una persistencia en una práctica en la que no hay ninguna otra que lo haya hecho así en nuestro medio, desde los tiempos en que María Wiesse escribía en Amauta o Blanca Varela, con seudónimo, en la revista Caretas o, más cerca en el tiempo, la uruguaya (y también peruana por muchas razones) Rosalba Oxandabarat en el semanario El caballo rojo. De eso hace muchísimo tiempo y el recuerdo agradecido de esas pioneras las engrandece, más aún porque la crítica de cine no fue para ellas su principal actividad (salvo Oxandabarat, que la sigue ejerciendo en el Semanario montevideano Brecha) ni aquello que las distingue en el terreno cultural y creativo, sino una que ejercieron parcialmente durante un periodo de su vida.
Pero la conducta que exhibe Delgado, me temo, no favorece en nada a que otras mujeres se inclinen por la actividad crítica. El modelo de una lanzallamas en el espacio virtual no creo que pueda inspirar ni alentar a nadie. Eso es muy lamentable para todos, para la actividad cultural y crítica, para las reivindicaciones femeninas y para ese país más equitativo al que muchos aspiramos.
Isaac León Frías
Indignante la actitud de Mónica Delgado. Ahora la sheriff quiere ser la maldita propietaria del pueblo y de la razón. Que venga Wyatt Earp!!
O que vengan John Wilkes Booth y los hermanos Dalton a quienes evocan las reacciones del viejo que interpreta Bruce Dern ante los apellidos con los que se identifica Leonardo De Caprio (Booth y Dalton) en esa notable escena de “Había una vez…en Hollywood”.
Ningún debate puede ser serio desde la deshonestidad intelectual. Los acomodos han estado a la orden del día desde el 2011 – 2013, cuando empezó el boom de los festivalitos de cine. A partir de entonces, con el paso de los años, quienes empezaron burlándose y mirando con desconfianza ese cine contemporáneo considerado como más arriesgado, hoy son o sus defensores oficiales o buscan ser ‘programadores’ o acomodarse en algún festival para pasar piola.
Lo de Delgado y su amiguito, con el que actúa en tándem, es lo mismo de siempre: soy francotirador pero, por si acaso, que no me den a mí. Nada del otro mundo pero, por sobre todo, se trata de una crítico de cine cuya labor más importante es la difusión y la co-creación de una revista online cuyos principales textos –por sustanciosos- son de los colaboradores extranjeros.
“No hay amigos confiables para ese perfil de personalidad en la que los amigos y los vínculos son circunstanciales y sujetos a las propias conveniencias y estados de ánimo. En cualquier momento puede arremeter contra los que tiene cerca por cualquier razón deleznable”. Esto no solo le cabe a la señora Delgado, sino a varios del pequeñísimo círculo cinematográfico, algunos incluso, cercanos a usted.
Ahora, si usted considera brutal la acusación directa de plagio que ha hecho Delgado, pues habría que preguntarse cuál habría sido la reacción si el presunto delito -tipificado en el artículo 219 del Código penal- hubiera sido cometido por alguien no cercano a su grupo de conocidos y amigos, alguien de la ex revista Godard, por ejemplo. Habría silencio e indiferencia?
Más allá de eso, lo usual de Lima la virreinal, insisto, acomodos, egos, esnobismo y necedad.
“Matías”
Su “amiguito” se llama José Sarmiento Hinojosa. Soy yo y utilizo mi identidad formal, no como otros que se esconden tras usuarios fantasma. Mezquindades, como siempre “cuya labor más importante es la difusión y co-creación”. Escribimos más que el 90% de los afamados “críticos locales”
A mi no me vengan con huevadas. Si me mencionan, con nombre. Y esa pasada por agua tibia del PLAGERO de Oscar Contreras es un despropósito. Y sigue enseñando. Vaya vaya. Encima se denunció y nadie hizo nada. ¿Acaso un miembro del comité editorial no lo denunció?
Uno publica un twitt o post de facebook público riéndose de ciertas prácticas y tiene que soportar indignación pública, rasgadura de prendas, mails y mensajes privados por facebook, donde poco más y me dicen “controla a tu mujer”. Pero Chacho tiene carta abierta en un blog donde se discute de cine para hacer sus descargos contra Mónica. Que bacán.
Cuantos “compadritos” andarán posteando aquí.
Quizá estos dimes y diretes revelan la posición subalterna de unos con relación a otros, el hecho de que una haya crecido por años bajo la sombra de sus mentores intelectuales, buscando de parte de ellos la palmadita en el hombro de su aprobación. Y que ahora adopta una posición parricida de cortar con ese lazo que los ha unido desde hace tiempo.
Por fortuna, ese no es el caso de varias personas que siguen escribiendo y comentando de cine y que han surgido por su cuenta, gente que no le debe nada a nadie, y que no va por la vida buscando la (des)aprobación de sus padres o padrinos putativos, ni rogando para que le caigan avemarías ajenas.
Respuesta a Matías: la acusación de plagio que hizo Delgado fue muy tardía (bastantes años después de producido) y motivada por una palabra que la hizo sentir agraviada. ¿Por qué no la hizo antes? Y la acusación de plagio no tiene por qué escarnecer al plagiario como hizo ella. Ni el plagio condena de por vida al que lo hizo. Están los casos de Fernando Iwasaki o de Alfredo Bryce, creo que más graves (aunque el plagio es plagio, por leve que pueda ser) y que no han visto seriamente mellada ni su figura pública ni su trayectoria intelectual. No tiene por qué haber “muerte civil” por el plagio. Sí, en cambio, retiro del causante del plagio de la publicación en que apareció, tal como ocurrió de manera efectiva después de producido el plagio en el caso en cuestión.
Respuesta a Rodrigo: Todos, o casi todos, en el campo intelectual, surgen por su cuenta, por mas padrinos o apoyos que puedan haber tenido. El mérito intelectual propio se impone por sí mismo, al margen de que se hayan tenido o no padrinos, auspiciadores o fans. Por su parte, el “parricidio” no sólo se presenta frente a los “padrinos reales”, sino también frente a los supuestos “padrinos” o referentes locales y a veces extranjeros. Mónica Delgado tiene todo el derecho a tomar distancia y a labrar su propio camino sin pedirle permiso a nadie. Lo que no se puede aceptar es que se valga, gratuitamente, de burlas ofensivas o descalificaciones por razones de edad para afirmar el propio camino.
Amplío el comentario. Cuando Mónica se incorpora al espacio de la crítica (La gran ilusión, Tren de sombras) lo hace por sus propios méritos, no por el favor de nadie, más allá de que lo hiciera en compañía de quienes más adelante (y por razones inescrutables) va a denigrar casi uno por uno, buscando razones o pretextos diversos para hacerlo, siempre en función de una supuesta ética que la hace sentir por encima de todos a quienes nos quiere mandar al ostracismo de la deshonestidad, de la oscuridad intelectual o de de la senilidad. Nunca hubo hacia paternalismo o condescendencia. Hubo una relación de igual a igual de parte de todos, que en mi caso (y no solo el mío) es la que ha guiado siempre mi relación con mis alumnos. Nunca he buscado ni querido tener discípulos, seguidores ni nada por el estilo. No los tengo. No me siento superior a mis alumnos y entre los críticos que lo han sido (Bedoya, Bustamante, Silva, Vivas, Romero, Ugarelli, Cabada, Cordero, Wiener, Sayo Hurtado y otros), con los que en algún momento puedo haber discrepado, siempre intenté tratarlos de igual a igual, como colegas sin sentir que tenía la menor prerrogativa o derecho diferencial sobre ellos. Lo mismo ocurrió con Mónica que no fue mi alumna de salón de clase. Que lo que uno dice o escribe pueda servir en mayor o medida a otros ocurre siempre, pero a quienes llevamos más kilómetros recorridos no nos asiste ningún derecho de paternidad o padrinazgo intelectual. No en mi caso, definitivamente.
¿Por qué no hubo mujeres en el equipo de Hablemos de Cine? No porque no quisiésemos tenerlas, sino porque en ese periodo no encontramos a ninguna que quisiera escribir de cine. Tampoco había ninguna en la crítica periodística, salvo los años en que la uruguaya Rosalba Oxandabarat lo hizo en el semanario El caballo rojo. Ha sido ya alrededor del año 2000 que van apareciendo nuevos nombres, pero muy pocos. ¿Cuántas mujeres hay en la Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica? Seguramente muy pocas y no creo que sea por ningún tipo de exclusión voluntaria, aunque a Mónica Delgado no se le aceptó incorporarse en su momento. De cualquier modo son escasas las que escriben de forma eventual, salvo Delgado. Una vez más: no se puede inventar críticas de cine donde no las hay. Y lo que ocurre en el Perú se repite en casi todos los países de América Latina, salvo en Argentina y en Brasil donde sí hay una presencia femenina más amplia, pero en un pequeño porcentaje al lado de los hombres que ejercen la crítica, un 80% frente a un 20 %, digamos a ojo de buen cubero. De cualquier manera, Argentina es el único país de la región que, solo en Buenos Aires, tiene a varias decenas de críticos en actividad y eso explica en parte que el número de mujeres que la ejercen sea mayor.
También mal con el comentario del Sr Frias, cuando dijo que TODOS los blogs no tenían nivel, como que eran basura, generalizando horriblemente y de forma déspota, y lo curioso q el Sr Frías escribe en un blog y no en un diario local. La gente que escribe en blogs merecen respeto, muchos son planos y olvidables, como en todo ante la masividad y facilidad, pero hay otros que escriben muy bien y tienen harta cinefilia, muchos son mejores -más interesantes, más frescos y mas originales en todo- que críticos supuestamente buenos o que han sido premiados con la escritura de algún diario en un país donde hay poco espacio para la escritura de cine. Los blogs son como las revistas -donde muchos han empezado-, sirven para auto-promocionarse, para saltar a la palestra y dejarse ver, proponer la propia cinefilia, solo que las revistas las pagan uno mismo y el blog es gratuito, pero igual hay gente que gusta escribir y lo hace bien en los blogs y es parte del futuro, porque todos están ahora pasándose a la web. Voto por lo que dice Jose Sarmiento, no publiquen los anónimos, porque ahi se esconde gente que solo quiere insultar, es ademas un recurso que da a pensar mal del propio blog que permite no dar la cara y no hablar con altura y respeto. Atte. Mario Salazar.
Respuesta a Mario: comparto buena parte de lo que dices sobre los blogs. Ya había indicado que lo que dije en esa entrevista fue una generalización indebida. El problema de las entrevistas (que no te dan a revisar) es que muchas veces no terminas de desarrollar una respuesta y ya viene la siguiente pregunta. En una aclaración previa dije que tomar al pie de la letra significaría que yo no reconozco el valor de un blog como paginasdeldiariodesatan en el que, además, vengo colaborando desd hace al menos 15 años. Ni tampoco desconozco el valor de Desistfilm, de Cinencuentro, del blog de Enrique Silva y Rodrigo Bedoya, y de otros. En esa misma entrevista reconozco que el futuro está en el espacio virtual. Por otra parte, no creo que nada de lo dicho haya sido expresado de forma despota. No me confundas con Mónica Delgado. No basurero a nadie, Mario, ni hago jamás ataques personales. Te invito a leer lo que he escrito a los largo de 55 años y te apuesto (con pago incluido si lo encuentras) a que no encuentras ningun ataque personal. Puedo se muy polémico y a veces duro con las películas, pero jamas he hecho referencias agraviantes. En algunos debates muy acalorados puedo haberme excedido, pero suelo reconocer luego el exceso porque lo mío ni ha sido ni es ni será el agravio ni la actitud despota. A ver si alguno de los miles de alumnos que he tenido o uno solo de los que escribieron en Hablemos de Cine, o de la gente que me conoce, puede recordar un mínimo de comportamiento despótico de mi parte. Te aseguro que no lo vas a encontrar. Para mí el respeto a los otros es fundamental, Mario, eso que Monica Delgado desconoce por completo. Jamás en mi juventud use el argumentó de la edad avanzada como un cargo contra nadie, como ahora de viejo tampoco lo haría con relación a los jóvenes, eso que de manera irresponsable utiliza Monica, y en varias ocasiones, para referirse a mi. Finalmente, no es que me importe mucho en lo personal lo que pueda decir Monica de mi. Todo eso me hace sentir más pena que cólera por ella, porque siento que se está degradando de una forma penosa e inútil y quep ella es la peor enemiga de ella misma. Monica necesita inventar enemigos para cubrirse en una suerte de escalada hacia el vacío. Con lo que escribo estoy colaborando a que ella fantasee que es la ganadora de un debate inexistente, por lo que espero ir cerrando ya esté capítulo estéril. Y espero también que encuentres textos o testimonios de mi conducta despótica o irrespetuosa, que no vayan a ser las intervenciones acaloradas de algún intercambio pasado con Pimentel o Castro Cobos
Le agradezco la respuesta, Sr Frías, la verdad me sorprendió su comentario en el Comercio, pero entiendo su explicación. Ud tiene tremendo recorrido y los blogs son inofensivos, y más bien aportan a la cinefilia, aun los más simples. Lo ideal sería que vayan apareciendo cada vez mejores blogs, más profesionales, y también pertenecientes a nativos de internet, no solo profesionales de medios tradicionales, y creo que hacia ahí vamos todos, la web casi lo tiene todo, todos quieren estar aquí. Conozco de algunos blogs que realmente son muy buenos, excepcionales, aportan cinefilia que nadie aporta, y son nativos de internet, aunque de escritura sencilla. Le dejo el nombre de uno que conozco bien, El cinéfago de la laguna negra, especializado en cine de terror rebuscado, de cine B, muy pintoresco y muy original, además es legal, el autor compra discos originales. Así hay muchos otros, que son muy ricos en cinefilia, por ello no solo crea que me sentí aludido sino en lo que significa mi aprecio por la web y los blogs que destacan por su originalidad y aporte y su cinefilia particular, porque realmente me apasiona como ud el cine y trato de hacer lo mejor que puedo con ello. No dudo de que uds no sea déspota, se nota por su amable repuesta y larga explicación que no lo es, y le vuelvo a agradecer su respuesta. Atte. Mario Salazar
Gracias, Mario!