El retorno de la Fuerza. Escribe Lorena Cancela

Resultado de imagen para the irishman

Desde Buenos Aires, Lorena Cancela envía este artículo sobre Martin Scorsese.

Martin Scorsese está en el trending topic de las noticias desde hace unas semanas por sus declaraciones a propósito de las películas de super héroes. Según él estas “no son cine” sino mero espectáculo más cerca del parque de diversiones que de la experiencia cinematográfica. Y luego de ver “El Irlandés”, su última película, uno tiende a acordar ciegamente con Marty con que aquellos films protagonizados por seres paranormales de fuerza extraordinaria no son cine y lo que él, a su casi 80 años realiza, sí lo es. Abajo algunas ideas, y un semblante de Scorsese, para acercarse a esta producción que en la Argentina, al igual que en Perú, se estrenó solo en algunas salas, no exactamente por su más de 3 horas de duración, sino porque viene con producción de Netflix y por tanto podrá verse en la plataforma a partir del 27 de noviembre.

Una notificación informaba a los periodistas de la 34 edición del Festival de Mar del Plata que podían presentarse a las 8 am del domingo 17 de noviembre en la sala Auditorium para retirar entradas para ver “El irlandés”, la última realización del cineasta ítalo-americano Martin Scorsese. Así fue que esta servidora cinéfila tuvo oportunidad de acercarse a lo que no duda en denominar como un testamento anticipado de uno de los directores más importantes de la historia del cine norteamericano, y por qué no, del mundo. Reconocido recién en 2006 por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood con un Oscar por una película menor en su filmografía como “Los infiltrados”, el director de “Taxi Driver” (1976), “Toro Salvaje” (1980) y “La Edad de la Inocencia” (1993), entre otros grandes títulos, recibió en medio de bromas el galardón de la mano de sus amigos Lucas Spielberg y Coppola, este último director de la saga “El Padrino” con la cual “El Irlandés” tiene algunos puntos en común.

Cinéfilo desde pequeño, en su documental “Mi viaje por el cine norteamericano” Marty relata que el asma le impidió de niño participar de actividades deportivas y que eso lo inclinó a la sala a oscuras. Así fue que, alentado por su mismo padre, se hizo conocedor no solo de su propio cine sino de las cinematografías que en el escenario de segunda posguerra llegaban a Estados Unidos de Italia y Francia.

Su primer largometraje “¿Quién golpea a mi puerta?” (1967), plagado de referencias cinéfilas, es el retrato de unos muchachos con sesgos mafiosos que van y vienen por la urbe en medio de altercados y problemas con las mujeres con las que se relacionan. Esta película, una verdadera muestra de la potencia de su director, fue filmada a lo largo de los años, utilizando distintas texturas, y poniendo en el rol central a un ignoto Harvey Keitel quien luego sería un rostro clave del cine mundial. En este film Keitel, que también participa de “El irlandés”, protagoniza una escena de sexo que es toda una declaración de la ya no vigencia del Código Hays (la autocensura moralista hollywoodense vigente durante casi 30 años) y a su vez una muestra de la pasión de su director por el rock: el telón de fondo son los Doors. Con los años, y para dar muestra de esta pasión, Scorsese filmaría documentales sobre Dylan y los Rolling Stones. Y más recientemente una serie que no logró captar la atención de multitudes, aún cuando era más que interesante, como “Vinyl”.

Filmada en blanco y negro, “¿Quién golpea a mi puerta?” marca la inclusión de Marty dentro de los representantes del “Nuevo Hollywood”: un momento entre el cine clásico y el post-clásico de la industria nortemearicana en medio del Flower power, los movimientos por la paz, la desaparición física de los antiguos dueños y productores de las Majors e integrado por otros directores como Bogdanovich, Penn y De Palma, por nombrar a algunos.

En este período, que los historiadores sostienen que prevaleció hasta fines de los setenta y principios de los ’80, Scorsese filmó algunas de sus obras maestras como “Taxi Driver” y “Toro Salvaje”, ambas protagonizadas por Robert De Niro, esa bestia de la actuación heredera de la formación del Actor’s Studio, y Stella Adler, y quien es el protagonista de “El Irlandés” en el papel de Frank Sheeran.

Claro que a diferencia de estos films, cuyos personajes se desenvuelven más individualmente que grupalmente en “El Irlandés”, y por tratarse de una vuelta del director al género de gánsteres, los personajes responden generalmente al código mafioso, como ocurría en “Buenos Muchachos” (1990).

Basada en una de las hipótesis a propósito de la desaparición de Jimmy Hoffa en 1975, dirigente de la Hermandad Internaccional de Camioneros, la película de Scorsese, basada a su vez en el relato “I Heard you painted houses” de Charles Brandt, explora el mundo de la mafia a través de su personaje principal Frank Sheeran (De Niro) quien en la vida real se autoincriminó como responsable de la muerte de Hoffa. Así, en sus más de tres horas de duración, Scorsese demuestra su talento para contar historias, su habilidad para construir personajes sólidos y un suspenso no excento de momentos de comedia, sostenidos por las chicanas de los diálogos. Los actores se lucen, cada uno a su modo, en sus personajes: Pesci encarnando a Rusell Bufalino, un personaje que a pesar de ser físicamente enjuto es fuerte para persuadir, el mafioso por excelencia. Al Pacino componiendo al mismo Hoffa un hombre bonachón por momentos, muy cabrón por otros. Y de Niro, metiéndose en la piel del irlandés del título: Frank Sheeran el aparente nexo entre el Sindicato y la mafia italiana norteamericana de origen siciliano.

“Yo pensé que pintar paredes era pintar casas (…) pero después entendí que era otra cosa” nos dice la voz off del irlandés para meternos de lleno en el entramado de la circulación del dinero, el poder y la ambición desmedida. Magistralmente filmada, más cerca del atardecer que del amanecer de un cineasta que también realiza un film para, con mucho coraje, especular con el fin de la existencia terrenal, “El irlandés” es una de las películas de la segunda década del Siglo XXI. ¿Cómo la veremos? Bueno, en la sala de cine, o en la sala del living de nuestras casas. Como se repite en el film “it is what it is” algo así como “las cosas son así”.

Lorena Cancela

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

*
*
Website