“La sospecha”, de Denis Villeneuve, es oscura, sórdida y se emparienta con “Río místico”, con una “Historia de violencia” y con “Desapareció una noche”. No solo por la trama sustentado en una pesquisa sobre el paradero de desaparecidos; también porque retrata la “ira de los justos”: la furia descontrolada y la monstruosidad del hombre común. Todo ocurre en un pueblo tranquilo y bello, pero violento y hasta salvaje en lo subterráneo. Los mejores momentos de la película ocurren en sótanos, en casas abandonadas, en trastiendas donde se acumulan la mugre y el horror. Ahí se esconde lo peor de cada quién.
La buena y tensa mano narrativa de Villeneuve salva a la película de la demostración y de la tesis expuesta con didactismo. Construye un suspenso denso, de ritmo quedo, que apunta hacia una resolución muy dramática, de crueldad cada vez más alucinada y sádica. Las atmósferas, cada cual más siniestra y pestilente que la anterior, sostienen las dos horas y media de proyección. Hugh Jackman es el padre que se transforma en animal herido. El problema de la película llega en la media hora final: se lanzan las cartas escondidas, todo se apresura y la revelación de la clave criminal resulta más bien rocambolesca.
“El sobreviviente” es, en su media hora inicial y en sus minutos finales, un rollo patriotero cocinado en testosterona. Los afganos “buenos” y el insoportable niño que aparecen por ahí son piezas de un discurso propagandístico que remite a “Las boinas verdes”.
Pero, valgan verdades, durante más de una hora, en su parte central, “El sobreviviente” es una notable y poderosa película de acción. Peter Berg filma con fuerza visceral los enfrentamiento físicos, las balaceras, la resistencia de los soldados en medio de una montaña rocosa y agresiva. Ahí están expuestas las sensaciones más primarias y contundentes: el miedo, el dolor, las reacciones instintivas de defensa y ataque. Son hombres en peligro, y esas secuencias tienen algo de la fuerza crispada de los filmes de guerra de Robert Aldrich.
Ricardo Bedoya
De acuerdo con la opinión sobre ambas películas. “La sospecha” tiene un excelente manejo del suspenso, mientras que “El sobreviviente” destaca en las escenas de acción, pero finalmente le gana su discurso patriotero.
Esta es mi crítica de “La sospecha”: http://lashorasrojas.blogspot.com/2014/03/prision-de-maxima-inseguridad.html