Recordando a Fernando Samillán (1928-2021)

Fernando Samillán Cavero tuvo una actividad muy intensa y variada durante su vida. Ingeniero civil de formación, ejerció un tiempo su profesión, especialmente en grandes proyectos públicos en los años sesenta, pero su vínculo con la televisión se estableció desde la llegada a Lima del medio electrónico. Con estudios sobre tecnología audiovisual en Estados Unidos, estuvo entre los primeros profesionales que se incorporaron a Panamericana Televisión y luego se convirtió por varios años en uno de los directores del Canal 7, donde impulsó diversos programas culturales, uno de ellos dedicado al cine y, por tanto, precedente lejano del programa El placer de los ojos.

Simultáneamente, Fernando hizo teatro, tal vez la mayor de sus pasiones. Había estudiado en el Club de Teatro y en la Escuela Nacional de Arte Dramático, donde se graduó como maestro de Teatro. No obstante, más que en la enseñanza, ejerció como director y actor, a veces al lado de su esposa, la actriz Georgina Yépez.  Y apareció en algunas pocas películas como en la coproducción peruano-norteamericana The gallant one, y también en vídeos de ficción grabados en diversos momentos.

En los últimos treinta años de su vida activa, su dedicación mayor estuvo en la docencia universitaria donde tuvo a su cargo cursos de televisión. Durante más de veinte años ejerció la docencia en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima y luego de su jubilación pasó al Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en la que se convirtió en el director de la revista de cine Butaca Sanmarquina. El cine siempre había estado presente en las inquietudes de Samillán, pero fue con la revista que concretó una iniciativa que logró tener una permanencia relativamente prolongada.

Fernando nos deja con 93 años recién cumplidos, pero lúcido y en relativo buen estado de salud casi hasta el final, en que una infección le provocó una septicemia. Lo más penoso es que las condiciones impuestas por la pandemia impidieron que estuviera al lado de los suyos durante sus últimas semanas en el centro hospitalario donde falleció. Vaya nuestro recuerdo afectuoso a su memoria y a la inteligencia, simpatía y sentido del humor que lo caracterizaron.

Isaac León Frías

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

*
*
Website