Empieza el Festival Al este combinando sesiones presenciales y virtuales. El programa es amplio y comprende varias competencias, muestras de películas internacionales, diversos títulos peruanos y clases maestras de los realizadores Ulrich Seidl y Gregorio Graziosi.

Estos son los títulos que no se pueden perder.

The Quiet Girl, del irlandés Colm Bairéad, es una notable película centrada en la experiencia silenciosa de una niña que llega a un hogar marcado por el luto. Todo está sugerido aquí: la soledad, el sentimiento de abandono, la incomprensión, el dolor. El poder emotivo de la presencia de la niña -la expresividad de sus gestos escuetos y sus miradas es formidable- y la descripción de su entorno la redimen del empalago de algunas imágenes acicaladas en exceso.    

En Compartimento N.° 6, del finlandés Juho Kuosmanen, dos personas a los que todo parece separar se conocen en un tren. Podría ser el pie forzado de una comedia romántica tradicional, pero no lo es. El realizador equilibra, con mano firme y fluidez narrativa, el humor, la trayectoria del viaje, los desencuentros entre los personajes, los toques románticos, los guiños irónicos y una tenue melancolía.

R.M.N, del rumano Cristian Mungiu, el realizador de 4 meses, 3 semanas y 2 días, elige describir la vida cotidiana en una pequeña localidad para dar cuenta del clima de confrontación, intolerancia, xenofobia y racismo que agobia a los habitantes de una región de Transilvania, un lugar donde, de modo paradójico, conviven inmigrantes y se hablan el húngaro y el alemán, además del rumano. El estilo de Mungiu, de encuadres dilatados y seguimientos a los personajes nos mantiene a distancia de los hechos a la vez que preserva la amplitud de una mirada que describe el clima sórdido de un mundo que no logra superar la descomposición política y moral heredada de los tiempos de la dictadura y que se reconoce, con otro signo ideológico, pero similar virulencia, en el discurso del conservadurismo cerril.  El título alude a una resonancia magnética. La película explora los organismos atacados por el auge y normalización del fascismo en ciertos lugares de Europa.

Saint Omer, de la realizadora franco senegalense Alice Diop, reconstruye el proceso judicial seguido a Laurence Coly, de origen senegalense, imputada por el asesinato de su hijo. El relato, centrado en los prolongados interrogatorios a la procesada, así como en las intervenciones de los miembros del sistema de justicia, se representa desde dos puntos de vista: el de la protagonista, una mujer embarazada que se identifica con el desamparo de la infanticida, y el de la mirada enunciadora, de austeridad documental, que expone el proceso penal que acaso condenará a una mujer abatida por las condiciones de su vida en Francia. El punto de vista de Diop está influido por las técnicas de observación documental de Raymond Depardon, siempre implacables en el registro del racismo naturalizado en las instituciones que aseguran el orden en la Francia actual.

En Eo, del polaco Jerzy Skolimowski, el protagonista es un pequeño asno que contempla un mundo hecho a otra escala, poblado de seres humanos a la vez racionales y crueles, a los que percibe con los acentos del sueño o de la fantasía cándida, mientras constata el caos y la vileza con la que se trata a los animales. Skolimowski, uno de los cineastas más notables de la modernidad que agitó al cine de los años sesenta, realiza una película original, con pasajes de un lirismo deslumbrante -como aquel que evoca La noche del cazador, de Charles Laughton-, pero irregular y no siempre lograda. 

Resalta la muestra -lástima, muy escueta- dedicada a la realizadora húngara Márta Mészáros . Se podrán ver de sus películas: Adopción, Carta para mis hijos y La muchacha.

También tienen interés La tierra adentro, de  Fisnik Maxville; Pilas de huesos, de Tara Tomenko

La programación la pueden ver aquí: https://www.peru.alestfestival.com/

Ricardo Bedoya