El inminente fin del mundo es la noticia que conmueve a los internautas. Han recibido la noticia a través de un correo que les conmina a “pasar la voz”. Uno tras otro, comparecen decenas de jóvenes de todo el planeta que van informando del hecho a través de sus “webcam”. La película apila sus testimonios.
Cada intervención es más extravagante que la anterior. En una curiosa mezcla de narcisismo, paranoia, entusiasmo performativo, ganas de joder, o lo que fuere, los muchachos exhiben talentos para la defensa, métodos para liquidar zombis, instrumentos para acompañar la llegada del fin, o le cantan al sol que dejará de brillar.
Como decía una frase de “Cortina rasgada”, de Hitchcock: “Este asunto, por un lado, tiene gracia; por el otro, maldita la gracia que tiene”.
En la media hora inicial se concentra la gracia. En la hora restante solo deseamos que llegue pronto el fin del mundo y arrase con todo.
Ricardo Bedoya