19 Festival de Lima: la competencia documental

 

En la Competencia oficial documental destacan las chilenas Allende, mi abuelo allende, de Marcia Tambutti,  La once, de Maite Alberdi y la colombiana Carta a una sombra, de Daniela Abad y Miguel Salazar.

En las tres se repite una constante del documental de hoy: las nietas ingresan con sus cámaras a las casas de sus familias para dejar testimonios de sus vínculos afectivos, para remover las memorias o para convocar a los fantasmas del pasado.  

Allende, mi abuelo allende, realizada por la nieta del presidente chileno, se acerca a la figura del abuelo a partir de los testimonios de su entorno familiar más próximo.

A Allende se le evoca en su cotidianeidad, insertando imágenes de archivo, fotos familiares y home movies. Se incluye una película casera hecha en el estilo de un filme burlesco, con un joven Allende actuando en pantalones cortos. La voluntad performativa de Marcia Tambutti no opaca el descubrimiento de algunas facetas “ocultas” de la vida amorosa y familiar del presidente. Dos personajes adquieren un relieve especial: Hortensia Bussi, “Tencha”, la viuda de Allende  y, sobre todo, su hija Beatriz, “Tati”, la preferida del padre, muerta en el exilio, la gran presencia –en ausencia- de este valioso documental.   

La once (un chilenismo que designa el rito de tomar el lonche) muestra a un grupo de ancianas que se reúne una vez por mes para conversar y recordar episodios de una amistad que se remonta a más de seis décadas atrás, desde los días del colegio. Hasta que perciben que el grupo se extingue porque cada vez son menos las que participan en ese rito inmutable.

La película empieza como una celebración del pasado; luego, registra las nostalgias por los proyectos que quedaron truncos en la vida de cada una de esas damas, hasta que todo desemboca en una elegía por la amiga que se va.

Los primeros planos sobre los rostros de las interlocutoras dan cuenta de esos personajes atrapados en sus burbujas de memoria. Un buen documental en el límite de la acción reconstruida, con locuaces señoras representándose a sí mismas.    

 

También resulta atractiva la colombiana Carta a una sombra,  de Daniela Abad y Miguel Salazar. Como Allende, mi abuelo allende, también es el retrato de un personaje ausente.

El médico Héctor Abad Gómez, militante por los derechos humanos y defensor de una política de salud pública extensiva, es asesinado en la violenta Medellín de los años ochenta. Se trata de un crimen político cometido en tiempos de dura represión. La realizadora Daniela Abad, hija del novelista Héctor Abad Faciolince –que es hilo conductor narrativo y guía del documental- se acerca al pasado familiar para evocar la figura del abuelo y debatir las circunstancias de su muerte.

La memoria es afectuosa, el tono es comedido y la información alterna los detalles de la vida familiar de Abad Gómez con el esbozo de las turbulencias políticas vividas en Colombia a fines de los ochenta.

El caso boliviano, de Verónica Ayala, la mexicana Retratos de una búsqueda, de Alicia Calderón, y la uruguaya Tus padres volverán, de Pablo Martínez Pessi, son reportajes que valen tanto como la información que ofrecen. Ni más ni menos. Periodismo eficaz, sin duda, pero sin rastros de intentar una puesta en escena documental y creativa.

Ricardo Bedoya       

One thought on “19 Festival de Lima: la competencia documental

  1. Es una pena la ausencia del Botón de Nácar de Patricio Guzmán en la competencia documental de este año.

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

*
*
Website