La habitación

“La habitación” empieza como una historia de resistencia y sufrimiento. Una mujer y su hijo de cinco años viven encerrados en una habitación. Han sido forzados a llevar esa vida miserable en una prisión involuntaria. El niño no conoce el mundo exterior y solo lo puede imaginar. Hasta que ocurre un cambio decisivo. La película se convierte en un drama familiar y en la historia de un muchacho que se dispone a hacer, por primera vez, los actos más simples y elementales de la vida cotidiana.

Los mejores momentos de “La habitación” transcurren en silencio. Observan  al chico dando sus primeras caminatas o enfrentado a la amplitud del mundo.  O dan cuenta de la resistencia de la familia ante el comportamiento de la hija, las relaciones con su captor y sobre lo que ocurrió en la habitación. William H. Macy lo  dice todo con su presencia. Lástima que esos silencios se rompan con la persistente intervención de la música de fondo, que impone lo que debemos sentir y pensar. Música insufrible que mueve y manipula..

La película, estimable sin más, se sostiene en las presencias de la actriz Brie Larson y del niño Jacob Tremblay.

Ricardo Bedoya

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