Ramrod

En 1947, en pleno apogeo del ciclo del más estilizado y oscuro cine criminal, André de Toth hace “Ramrod”, un western de perfil bajo y presupuesto raquítico que interesa sobre todo por los rasgos que definen a su protagonista. Impulsiva y calculadora, el personaje que encarna Veronica Lake luce una modernidad radical.

Decidida a desafiar el mandato patriarcal, que la condena a casarse con el elegido de su padre, esta “mujer del oeste” despliega las más sofisticadas maniobras para torcer su destino. Pariente directa de las damas del “film noir” de la época, Veronica manipula, seduce, conspira y envuelve a todos con sus intrigas. La intertextualidad se impone: el viejo western dialoga con el vigente cine negro.

El oeste es, en esta película, un teatro de comparsas que se mueven al ritmo de esa voluntad femenina. Hasta el héroe, Joel McCrea, siempre estólido, tambalea ante semejantes embates.

De Toth se luce con unos trávelin de seguimiento o acompañamiento que aportan tensión y belleza a cada movimiento, a la vez que disimulan las carencias de presupuesto. Pero lo más atractivo de Ramrod es la nitidez con la que expone las jerarquías y diferencias sociales, asi como los intereses contrapuestos de los agentes económicos de un país en formación. Queda expuesta la economía política del western.

Veo este western en perfecto DCP y a sala llena. París, ciudad cinéfila.

Ricardo Bedoya

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