“Oscuro animal” exuda importancia y afanes de prestigio desde el primer minuto. Sus asuntos temáticos centrales están ligados con el conflicto armado en Colombia y con la violencia que sufren miles de mujeres involucradas en él. Por otro lado, el filme se afilia a un minimalismo sustentado en la ausencia de diálogos y en la sucesión de escenas desdramatizadas. La importancia temática se recalca en cada plano. Las situaciones están impregnadas de una calculada solemnidad que subraya los aspectos más sórdidos de esa realidad padecida por las mujeres.
La ausencia de diálogos y los encuadres fijos y de larga duración se ven como agregados retóricos y elementos decorativos; están ahí para aportar seriedad o gravedad a una película que proclama los males de este mundo.
Rodrigo Bedoya