Las redes sociales informan, una vez más, de los problemas de la prensa para ingresar a algunas funciones del Festival.
En este blog hemos hablado muchas veces de ese tema. Tiene que hallarse una solución.
Algunos festivales de cine dan la pauta a seguir, evitando que los acreditados de prensa pugnen por entrar a las salas en el momento mismo en que empieza la función.
¿Cuál es el procedimiento que siguen?
Establecen una cuota de entradas por película y por sala. Cada día, desde las 9 de la mañana, los periodistas reciben, por orden de llegada, las entradas que soliciten (con un máximo de entradas prefijado), hasta que se acabe la bolsa de entradas libres de esa jornada.
El que llega tarde, mala suerte. Pero al menos sabe a qué atenerse desde la mañana y no va al azar de encontrarse con una sala repleta o que te permite ingresar cuando la película ya se inició.
Esa regla debe ser clara, conocida por todos y cumplida de modo estricto.
Si no, seguirán las turbamultas.
Ricardo Bedoya
cuán desatinado el comentario sobre este post de José Sarmiento en FB -se le han subido los humos ¿o siempre se alucinó algo?-: “Que “light” este comentario. Por el maltrato que se recibe, esperaba algo más categórico. Pero claro, cuando te toca abrir el festival en la Inauguración de lujo no hay que chocar mucho con los dueños”. Hace tiempo que Sarmiento pasa piola por sus absurdos e insensatos comentarios en redes.