Transcinema 2016: Foyer, de Ismaïl Bahri

En la imagen solo vemos sombras y reflejos luminosos sobre una hoja de papel blanco movida por el viento.  La cámara filma esa superficie mientras se desplaza por Túnez. En la banda sonora oímos los ruidos urbanos y la constante intervención de curiosos que le preguntan a Bahri qué es lo que hace y de dónde es.

El realizador, con paciencia y cortesía, explica que es un artista tunecino residente en Francia, que se dedica al arte experimental y que está grabando un papel en blanco. Durante la media hora de exposición, el director es interpelado sobre la naturaleza de la imagen, sobre la pertinencia de su proyecto, sobre la utilidad de su trabajo, sobre el provecho que pueda obtener de él y sobre las posibilidades que tiene una película como la suya de llegar a ser proyectada en una sala.

Esas preguntas son, tal vez, las mismas que se formulan los espectadores. De eso se trata : de poner a prueba la resistencia de la percepción ; de apreciar la aplicación de un « dispositivo » extremo ; de realizar una performance callejera y de grabarla, dejando constancia de ella ; de compartir dudas con los transeúntes o de dialogar con ellos teniendo la mediación del papel en blanco; de enfrentarse a los prejuicios y lugares comunes que conforman nuestras visiones de lo que debe ser una película; de sonreír ante la posibilidad de alterar el orden público filmando esa hoja de papel volátil.

Ricardo Bedoya 

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

*
*
Website