Este comentario tiene spoilers.
Me parece interesante cómo “Silencio” se opone a “Chinmoku” (1971; en la foto), la película japonesa de Masahiro Shinoda, basada en la misma novela que ha inspirado a Scorsese. “Silencio” es una película sobre el triunfo de la fe católica, a diferencia de “Chinmoku”, que es un filme amargo sobre su derrota.
En la película de Shinoda (que tiene guión suyo y de Shusaku Endo, el autor de la novela), el padre Rodrigues, convertido en apóstata es obligado a tomar mujer, lo hace con violencia y la imagen final del filme muestra una expresión ambigua en su rostro que puede ser de orgasmo o dolor. Sobre esa imagen una voz en off, dice en japonés que en adelante Rodrigues recibió el nombre de Sanemon Okada. En la película de Scorsese el padre Rodrigues muere anciano con un crucifijo iluminado por el fuego entre sus manos que forman una cavidad o un corazón, la cruz semeja una semilla. La dedicatoria de la película, que sigue a esta imagen, es a los cristianos japoneses y a sus pastores, “a mayor gloria de Dios”; no es una dedicatoria específicamente a los que murieron, y está escrita en tiempo presente (hay alrededor de 500 mil católicos japoneses en la actualidad), de modo que se podría entender que –pese a todo- la semilla germinó en el pantano.
En la película de Scorsese, Ferreira le dice a Rodrigues que los supuestos católicos japoneses adoran a sus propios dioses bajo la apariencia del dios cristiano, y le señala el sol como equivalente de Cristo en cuanto signo de resurrección; pero esta constatación de sincretismo es refutada por la dedicatoria final: sí hay cristianos (no falsos cristianos) en Japón. En la película de Shinoda, en cambio, la aseveración de Ferreira, quien menciona como ejemplo a Kannun como quien estaría bajo a la apariencia de la virgen María, adquiere contundencia pues Rodrigues ha visto –varias escenas antes- que los católicos japoneses en la clandestinidad han sacado precisamente una estatuilla de Kannon para venerarla como si fuera la de la virgen. Así, mientras que en la película de Scorsese la aseveración de Ferreira queda desmentida al final, en la de Shinoda ratifica algo que ya Rodrigues ha percibido.
La película de Shinoda se refiere al silencio de Dios, Ferreira dice a Rodrigues que el motivo de su apostasía no fue el dolor físico producido por la tortura sino el silencio de Dios; en la película de Scorsese no hay silencio de Dios: ¡Dios habla! Se escucha la voz de Cristo diciéndole a Rodrigues que pise el fumei, deje de sufrir y que pare el sufrimiento de sus hermanos, pues él ya sufrió por todos. Este perdón queda refrendado cuando Kichijiro (el Judas del relato) le pide a Rodrigues (ya apóstata y convertido en monje japonés) por última vez que lo confiese y lo absuelva (es decir, lo perdone); Rodrigues accede, ratificando así que no ha perdido la fe y que aún ejerce un ministerio de origen divino y por tanto irrenunciable. ¡Vuelve a escuchar la voz de Dios!, y perdona a Kichijiro como Cristo ya lo ha perdonado a él. En esa escena, también, Rodrígues dice que aun si no hubiera escuchado la voz de Cristo, sentía la presencia de Cristo en él, ha sido en el silencio de sí mismo que ha escuchado la voz de Dios.
La diferencia entre la caracterización del Rodrigues de Shinoda y el de Scorsese es también notable. El jesuita Rodrigues de Shinoda ordena, grita y evidencia su soberbia; es un soldado de Dios, su modelo es San Ignacio de Loyola. El Rodrigues de Scorsese es seráfico, humilde y está atravesado por la duda, su modelo es Cristo (el Cristo de Scorsese, por supuesto, el de “La última tentación”). El de Shinoda se quiebra, el de Scorsese se inclina, pero resiste como un junco.
“Silencio” me pareció apasionante, aunque no comulgue en absoluto con el catolicismo de Scorsese.
Emilio Bustamante
Quisiera hacer una acotacion a las reflexiones hechas a Silencio.
Silencio, a mi parecer, es la pelicula mas intensa y poderosa de Scorsese luego de casi 25 años de hacer filmes, en gran medida, irrelevantes.
Scorsese no se aleja de ese Jesus de la Ultima tentacion, en tanto, un Jesus lleno de limitaciones e incapaz de realizar taumaturgias. Silencio es un evangelio gnostico – de nuevo – con un Jesus que solo puede estar ahi y nada mas, acompañando al sufriente y compartiendo su dolor. No puede prometerle una vida eterna o un regocijo ultraterreno ( o sea no le puede prometer Justicia). Es inquietante la escena en la cual una joven le habla del Paraiso luego de la muerte y no recibe ninguna respuesta salvo el silencio, que es, segun este evangelio personalisimo, la respuesta de Dios.
Scorsese evita los paisajes y encierra compulsivamente el encuadre para hacer explotar las luchas internas de sus personajes. Un film ascetico en variadas formas.
Para terminar, sorprende como Scorsese revitaliza una iconografia cristiana – una humilde cruz de madera, por ejemplo -tan desgastada ya en esta epoca y logra darle ese fuego, fuego que incendia el corazon del padre Rodrigues al final del film.